Una agencia de calificación para Europa
La española Axesor busca tamaño para participar en el proyecto
El campo de batalla de la crisis de deuda europea puede dejar margen para algunas victorias. El viejo proyecto de crear una agencia de calificación de crédito en el ámbito europeo para huir del monopolio de las tres grandes agencias globales -Standard & Poor's, Moody's y Fitch- vuelve a surgir con fuerza, ahora que estas han castigado con dureza y criterios más que discutibles a la deuda soberana de varios países de la zona.
Esta misma semana, la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, ha acusado a estas tres empresas de conformar un "cartel". "Europa no puede permitir que tres empresas privadas estadounidenses la destrocen", aseveró. La Eurocámara defendía a principios de mes la creación de una agencia de rating europea, y hasta el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, demandaba su creación en el decálogo de propuestas que presentó en el acto de proclamación de su candidatura.
A la granadina Axesor le falta tamaño para operar a nivel europeo
Aunque todo se produzca al ritmo que marcan las instituciones europeas -con enorme lentitud-, los primeros pasos hacia la agencia europea ya se han dado. La regulación europea sobre agencias de rating se puso en marcha en 2009 y en ella se incluía la obligación de que las agencias recibieran una autorización europea para poder operar dentro de la Unión Europea.
El órgano encargado de la autorización, así como de la supervisión centralizada de estas calificadoras, es la autoridad europea de mercados financieros (ESMA, por sus siglas en inglés). Una vez que la ESMA se puso definitivamente en marcha, a finales de 2010, varias empresas europeas que realizan calificaciones de riesgo empresarial han solicitado ese sello que les permitiría operar en toda la UE, con el objetivo de convertirse así en agencias de rating. Es el caso de la alemana Credit Reform, de la italiana Cerved y de la francesa Coface. La ESMA empezará a decidir sobre las solicitudes de estas empresas a la vuelta del verano con el objetivo de, una vez obtenida la autorización, dar el siguiente paso.
"Ninguna empresa maneja tanta información en el ámbito europeo como para constituirse en una agencia europea con credibilidad y tamaño suficiente como para competir con las tres grandes internacionalmente. De ahí que las conversaciones que se están teniendo en estos momentos se dirijan a crear una especie de consorcio europeo, digamos como el modelo de EADS
donde unas empresas potentes en el entorno nacional se unan y sí hagan posible crear una alternativa europea", asegura el director general de Axesor, Santiago Martín.
La española Axesor conoce bien ese proyecto porque forma parte, desde su creación, de la asociación europea de empresas calificadoras europeas. Se trata de una empresa de unos 170 empleados que nació en Granada en 1996 y que hoy cuenta, además, con oficinas en Madrid y en Barcelona y que desde el año 2000 elabora calificaciones de riesgos sobre empresas -"el 85% de las empresas del Ibex se encuentran entre sus clientes, aseguran en su página web-. Pero Axesor apenas factura unos 22 millones de euros anuales, frente a los más de 300 millones de Credit Reform o los más de 250 millones de la italiana Cerved. "Claramente, nos falta músculo para formar parte del proyecto europeo. Necesitamos juntarnos con otra empresa española que nos permita ganar tamaño y, si es posible, ampliar la zona geográfica de análisis", dice el directivo de Axesor.
Para Martín, la solución pasaría únicamente por una fusión con Informa, una empresa de titularidad pública y dependiente de Cesce, empresa de seguros de crédito a la exportación. Informa tiene mucho mayor tamaño que Axesor. Factura unos 75 millones de euros al año y tiene amplia presencia no solo en España, sino también en Portugal, Colombia y Perú, frente al ámbito exclusivamente nacional en el que se maneja la granadina. La fusión entre ambas compañías no sería posible, dado que la titularidad pública de Informa impediría que pudiera recibir la calificación de agencia europea de rating. De ahí que el objetivo de Axesor sea lograr la enajenación de la empresa y optar a su compra. Los responsables de la compañía han mantenido conversaciones con el Ministerio de Economía, de quien dependen Cesce e Informa, para explicarles su interés por la empresa de información empresarial, de momento, sin ninguna respuesta.
"Es la única forma de garantizar una presencia española en una futura agencia de rating europea desde el primer momento, y el tiempo se agota porque los plazos se acelerarán en los próximos meses", insiste vehemente Santiago Martín. "España puede perder una oportunidad histórica si no participa en este proyecto. Sus empresas y sus bancos pueden pasar de depender de la calificación de una empresa estadounidense a hacerlo de una alemana", remacha.
Axesor defiende que "no se trata únicamente de una cuestión de nacionalidades. Hablamos también de modelos de calificación distintos. Contamos con un modelo propio, basado más en las estadísticas, los expertos sectoriales y el conocimiento real de la economía, y menos en la subjetividad de un reducido grupo de analistas", asegura Santiago Martín.
Por lo que pudiera pasar, Axesor ha montado un consejo asesor en el que figuran personas relevantes del mundo económico como el catedrático de la Universidad de Granada, Santiago Carbó, y el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez.
¿Quién controla las agencias?
Por mucho que los responsables europeos se hayan lanzado al unísono en las últimas semanas en defensa de una agencia europea de rating, lo cierto es que sus empresas no son del todo ajenas a la polémica. La francesa Fimalac, una empresa que cotiza en Bolsa y que es propiedad de Marc Ladreit de Lachaniere, controla un 60% de Fitch Ratings, una de las tres grandes agencias bajo la lupa de los europeos. El otro 40% minoritario del capital está bajo control del grupo de medios Hearst, editor de revistas como Esquire, Elle, Cosmopolitan, Harper's Bazaar y periódicos como el San Francisco Chronicle, entre muchos otros. Así que no se puede decir en pureza que Europa se encuentre al margen del negocio calificador.
De las otras dos agencias de valoración de riesgos, Standard & Poor's está controlada en un cien por cien por el grupo editorial estadounidense McGraw-Hill, que publica sobre todo libros dedicados a la enseñanza y la gestión empresarial. El capital más diversificado lo presenta Moody's, propiedad en un 12,5% de Berkshire Hathaway, la empresa del magnate estadounidense Warren Buffet; un 12,4%, Capital World Investor, y otro 6%, T. Rowe Price, empresas de inversión de EE UU. El resto del capital se reparte entre distintos fondos de inversión. -
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