Un serafín guardará la cripta de Gaudí
La capilla de la Sagrada Familia reabre esta semana tras el incendio de abril
Unas cámaras de seguridad y un serafín tallado serán los encargados de vigilar la cripta de la basílica de la Sagrada Familia. Después de tres meses de trabajos en la capilla subterránea, que quedó afectada por un incendio provocado por un enfermo mental, la junta gestora ultima los detalles para reabrir sus puertas a los fieles esta semana. El recinto sirve de parroquia al barrio.
El fuego del 19 de abril se inició en la sacristía de la cripta, que ya había sufrido el efecto de las llamas durante la quema de iglesias de la Guerra Civil. Todo el mobiliario que estaba en el pequeño recinto, que incluía ornamentos sacerdotales y algunos muebles, quedó reducido a cenizas, incluida la gran puerta de madera y hierro forjado.
El coste de los trabajos de restauración supera los 200.000 euros
El hollín tiznó las columnas, las paredes, los vitrales y las claves doradas de las bóvedas. Nada que no pudiera limpiarse con agua a presión, explica Jordi Faulí, adjunto al arquitecto director de las obras del templo expiatiorio. "Habíamos aplicado silicato de etilo a las columnas y esto las protegió del hollín e hizo más fácil la limpieza", explicó el arquitecto. También hubo que limpiar los vitrales originales de Antoni Gaudí. El coste de los trabajos, según Faulí, sobrepasa "los 200.000 euros".
Las cámaras de videovigilancia y los detectores de humo forman parte del nuevo esquema de seguridad, con el que la junta constructora quiere lograr que no se repita un incidente similar. Lo del guardián alado en el dintel tiene más historia. La cripta tiene 12 capillas y dos portaladas idénticas enfrentadas. Una da acceso a la sacristía y la otra fue adaptada para dar acceso a los feligreses. Ambas entradas, en teoría, deberían tener un ángel esculpido en el dintel, aunque el de la sacristía se quedó sin hacer tras el incendio de 1936. Allí permanecía solo el bloque de piedra.
Hace tres años, cuando se hizo una intervención integral en la cripta, se encargó el trabajo a Jaume Cases. "He esculpido dos veces el mismo ángel", bromea el escultor. Las altas temperaturas del fuego de este año reventaron la piedra de Montjuïc sobre la que trabajó Cases. "Es una roca muy difícil de trabajar, literalmente se come las herramientas", cuenta el escultor. Mañana vence el plazo para culminar su obra.
Para trabajar, el artista utiliza las herramientas de un dentista: un haz de luz y una fresa potente. El sonido, amplificado por las paredes, también es similar. De su mano han salido 61 de los ángeles que hay en la basílica. "La figura de la puerta de enfrente es un querubín, tiene más cara de niño, está vez decidí hacer un serafín, con más jerarquía dentro de la escala de ángeles", confiesa el artista. Para guiarse ha hecho una copia del ángel en fibra de vidrio.
Jordi Faulí explicó que, aprovechando los trabajos, se reemplazó todo el sistema eléctrico de la cripta, que quedó en mal estado. El espacio de la sacristía sigue en obras, pero estas se harán a puerta cerrada sin interferir en la vida parroquial. La tragedia, sin embargo, reveló aspectos ocultos aun para los mismos arquitectos, que conocen cada piedra del templo. "Originalmente el hierro forjado de la puerta de la sacristía y su gemela era dorado. Las restauraremos así", dice.
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