El precipicio de los Bryan
Bob y Mike Bryan son hermanos mellizos, tenistas y la mejor pareja de dobles del mundo, recientemente coronada en Wimbledon. ¿Cuáles son sus señas de identidad? ¿Qué es lo que les hace distintos?
Aparte de golpearse pecho contra pecho cuando ganan un punto importante, son dos jugadores tremendamente activos, que nunca dejan a los rivales estar cómodos. Se mueven muchísimo. Eso provoca inseguridad en los contrarios. Como son imprevisibles, dejan a la otra pareja siempre al borde del precipicio. Nunca se sabe qué van a hacer.
En definitiva, juegan con un estilo poco convencional. A veces, en el dobles, tu compañero se cruza en la red porque tú has tirado un buen resto. Ellos lo hacen con restos malísimos. Eso tiene siempre con inseguridad a los contrarios. "¿Qué harán?", se preguntan. Son muy habilidosos, y además de ser mellizos y de dedicarse al ciento por ciento al dobles, están todo el día juntos. Saben cómo piensa el otro exactamente, son rapidísimos de manos y tienen buena química: uno zurdo, el otro diestro...
El zurdo, Bob, saca mejor, tiene más nervio: cuando empezó a jugar, pensé que podría ser un buen jugador de individuales porque es buen atleta y tiene habilidad. Mike también aporta lo suyo. Son dos jugadores que se acoplan perfectamente, un poco al estilo de dos doblistas de mi época, Hewitt y McMillan, que eran un equipazo. Hewitt no fallaba un resto, era una roca. McMillan, puro espectáculo. En cualquier caso, no se debe menospreciar al dobles español. Si lo forman Fernando Verdasco y Feliciano López, estamos hablando de dos jugadorazos, dos zurdos que te pueden enseñar cosas diferentes, sobre todo desde atrás. Hay una cosa de la que no me cabe duda: como se demuestra todos los años, dos buenos jugadores de individuales forman siempre una buena pareja de doblistas.
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