"Emitimos flúor pero eso no es contaminación"
El aluminio era a finales del siglo XIX un metal semiprecioso, más escaso que la plata. En 1888 Alcoa inventó su producción industrial y, desde entonces, es la compañía líder mundial. Esta implantada en 31 países, emplea a 59.000 personas, produce cuatro millones de toneladas (10% mundial) y factura anualmente unos 21.000 millones de dólares. José Ramón Camino de Miguel (Madrid, 1961), presidente de Alcoa España desde 2006, responde sobre la compañía y sus factorías gallegas, en San Cibrao (Lugo) y A Coruña.
Pregunta. Sorprende la mística casi religiosa que emana el código de conducta de Alcoa, tanto para la relaciones humanas como para el entorno natural. ¿Es por eso "la mejor empresa del mundo" como pretenden?
"No hay ninguna amenaza relevante sobre las factorías de A Coruña y Lugo"
Respuesta. No hay mística religiosa, sino un modo de ver las cosas que forma parte de nuestro modelo de trabajo y de negocio, con unos valores que nos hemos impuesto y que consideramos fundamentales. Están en el día a día de nuestra actividad porque queremos llegar a ser la mejor empresa del mundo: hay que fijarse metas y aspiraciones exigentes.
P. ¿"Los voluntarios de Alcoa" son una vanguardia?
R. Es una parte muy importante de sentir la compañía y de cómo trabaja. Está siendo un fenómeno contagioso. Empezamos hace cinco o seis años y ya el 80% de nuestros empleados están involucrados en actividades de voluntariado. En San Cibrao, el 100%. Ellos toman la iniciativa de involucrarse en proyectos que afectan al entorno de la planta y la compañía los incentiva y aporta medios económicos. Ha tenido un éxito espectacular.
P. ¿Cómo funciona Alcoa en la globalización?
R. Con más fácil acceso a mercados y a la tecnología e innovación. Por otra parte, tenemos economías de escala que nos permiten ser competitivos en costes, con implantación de buenas prácticas que funcionan en un sitio y aplicamos en otros, o en todos.
P. ¿Cómo les afecta el actual contexto de crisis financiera?
R. Nos impactó en 2008 y 2009, tuvimos que reducir producción y generar caja. En este momento creo que superamos esa crisis, hemos retomado la producción sin tocar la plantilla. La demanda de aluminio sigue relativamente estable, este año crecerá en torno al 12% en el mundo, un 4% en Europa, y son unas cifras muy buenas. Nos hacen ser optimistas, pero los cambios que ha sufrido la economía están aquí para quedarse, tenemos que vigilar mucho el coste de producción.
P. ¿Son ustedes doctrinarios de la economía de mercado?
R. No. Nuestro objetivo no es dar doctrina, sino seguir trabajando de acuerdo a unos valores que no priman solo conseguir objetivos de negocio, sino hacerlo desde un punto de vista sostenible.
P. ¿Es muy contaminante la fabricación de aluminio?
R. Toda gran industria genera residuos. Nosotros no solo cumplimos toda la normativa ambientalista, queremos superarla con creces en cada país. En nuestro modelo sostenible el objetivo es residuos cero, y en esa vía estamos. Un 75% del aluminio que se ha producido en el mundo desde 1888 aún existe y está operativo. Es infinitamente reciclable, en multitud de aplicaciones, y con el reciclado se ahorra hasta el 95% de la energía necesaria para fabricar nuevo metal.
P. ¿La contaminación principal es por flúor?
R. Emitimos flúor, pero no supone ningún riesgo para la salud ni para el entorno.
P. En San Cibrao hay por ese motivo pleitos de los propietarios de fincas colindantes a la factoría.
R. Es un tema recurrente, viene arrastrándose desde hace 30 años. Hemos tratado de llegar a acuerdos con los vecinos y estamos abiertos a que expertos independientes midan y valoren si realmente hay contaminación. Creemos que no. En este momento hay un buen clima de cooperación con los ayuntamientos y queremos seguir en esa línea.
P. En Galicia producen alúmina y aluminio primario. ¿Se han planteado instalar aquí industrias de transformación?
R. En España las tenemos en Amorebieta y Alicante. En Galicia ya hay otras empresas, clientes nuestros, que son muy fuertes, y no prevemos abrir ninguna otra, sino servirles a ellos .
P. ¿La crisis está teniendo incidencia en esas plantas de A Coruña y Lugo?
R. En este momento no hay ninguna amenaza relevante sobre ellas. Nuestros costes de producción vienen del componente de energía (35-40%), la materia prima (30%) y el coste laboral. En todo lo que sea reducible tenemos que mantener la máxima posición competitiva. Como retos de futuro, lo que nos preocupa es la energía y la aplicación de la Directiva de gases de efecto invernadero y cómo va a afectar a la factura eléctrica, no porque nos repercuta directamente, sino por las emisiones que supone la producción de electricidad, que sí puede repercutir en la factura eléctrica.
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