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Entrevista:SANTIAGO HERRERO | Presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía

"No nos da miedo ni el cambio de Gobierno, ni la continuidad"

3.000 empresarios abarrotaron el pasado jueves el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla en una demostración de unidad y fuerza para reclamar una urgente reforma de las normas económicas y laborales. Santiago Herrero, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), fue el ideólogo de un evento calificado de "histórico". Al día siguiente analizó la convención y la situación económica y política para EL PAÍS.

Pregunta. La convención fue un éxito pero, ¿ahora qué?

Respuesta. Ahora yo tenía hablado con los responsables de los dos partidos mayoritarios llevarles unas conclusiones, que elaboraremos con las ponencias y los mensajes interactivos que recibimos durante el acto, muchos con contenidos muy interesantes. El gran sentido de la convención es hacer hincapié en que la ecuación del desarrollo es "empresa + empleo + riqueza = bienestar social". Y esa ecuación no se puede cambiar.

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P. Da la impresión de que solo han querido demostrar su indignación y dar una imagen de fuerza, algo así como un 30-J frente al 19-J.

R. No, no se ha querido transmitir solo una imagen. Se ha querido hacer una convención efectiva, de coherencia empresarial. Ni siquiera es una demostración de fuerza, sino de coherencia. De la necesidad que había de que los empresarios se sientan parte de un colectivo con problemas. Gente que quiere defender ese colectivo y formar parte de la solución. Y quiero destacar la masiva presencia de lo que es nuestro tejido empresarial: pequeñas y medianas empresas, empresarios de base, de pueblos, que se han rearmado en esta convención. Hay que valorar la dificultad que ha supuesto hacer este acto el día 30, fin de mes, pago de nóminas, vencimiento de IRPF, inicio de vacaciones, etcétera. Esa masiva participación se ha dado porque había una motivación seria.

P. ¿No les faltó un mensaje más concreto al margen de tantos reproches y de exigir a los políticos eso de "haced lo que tengáis que hacer"?

R. El mensaje estaba muy explícito. Si a cualquiera de los 3.000 empresarios se les da una cuartilla para que pongan las medidas para salir de la crisis, seguro que coincidirían en cinco o seis. Otra cosa es que pueda haber una cierta decepción porque la convención no haya entrado en planteamientos políticos. Dijimos: "apartemos la política de las empresas".

P. Solo el presidente de la CEOE habló de compartir responsabilidades. El representante de la construcción dijo que su sector no tenía culpa de nada. ¿No les faltó autocrítica?

R. Creo que el empresario tiene un juez inexorable que es el mercado, y los que se equivocaron en las decisiones o estrategias a lo largo de estos casi cuatro años de crisis, no estaban sentados en esta asamblea porque el juez inexorable del mercado los ha expulsado de la actividad empresarial hace tiempo.

P. Y personalmente, tras la derrota electoral en la CEOE, ¿qué le ha supuesto la convención?

R. Hice lo que tenía que hacer en Madrid, y creo que he conseguido hacerlo sin deterioro personal ni institucional, porque he ido con sinceridad a un planteamiento que creí era bueno para la institución. Ayer estuvo aquí Juan Rosell, que me ha nombrado vicepresidente de la CEOE. Se demuestra claramente que en una organización de intereses lo que se requiere es que se trabaje hombro con hombro. Y creo que lo que ha quedado claro también en el liderazgo interno de la CEA, es que esa apuesta por la elección en Madrid tampoco me ha supuesto un déficit de liderazgo.

P. Usted dice que las medidas anunciadas por el presidente Griñán no son lo importante, que lo importante es el desarrollo y su puesta en marcha. ¿Cuál es su prioridad?

R. La prioridad es la simplificación administrativa. Que todo aquel que quiera crear una empresa de menos de diez trabajadores lo pueda hacer solo bajo su declaración jurada de conocimiento y cumplimiento de la normativa. Y luego, después, las inspecciones que hagan falta para ver si se cumple. Pero la legislación de este país es preventiva con respecto al administrado, al que considera un infractor nato de la norma. Y para restringir esa hipotética infracción creamos una maraña administrativa. Y hay proyectos, sí, lo que no hay son soluciones para su puesta en marcha.

P. Si estuviera en su mano ¿qué decreto firmaría hoy?

R. Ése, el de la simplificación para poner en marcha empresas de menos de 10 trabajadores. Y con un único contrato. Actualmente hay muchos requisitos normativos pero junto a ellos hay además muchos de carácter subjetivo del funcionario que debe decidir aprobar un proyecto. Cuántas veces nos encontramos ante un problema de competencias entre dos administraciones, sin solución. Y la gente se cree que no existen, pero son reales.

P. Se ha quejado reiteradamente de que el Acuerdo de Concertación no funciona y que hay consejerías que pasan de él, ¿por qué no se retiran o desvela quiénes no cumplen?

R. Porque hay muchas circunstancias, pero siempre he señalado a Idea, a la Consejería de Obras Públicas, a la de Turismo... Firmamos el Pacto por la Vivienda y se ha modificado sin contar con nosotros. Lógicamente, me tengo que quejar. Se está reformando la ley de Ordenación del Territorio de Andalucía por enésima vez, después de seis responsables, que llegan con criterios distintos de los ya acordados con los anteriores. Esto es un Gobierno no es la suma de 11 consejerías. ¿Por qué no nos retiramos? Porque creemos que el diálogo sigue siendo bueno. Sobre todo si puedo mejorar esas normativas.

P. ¿Cree que sería necesario ahora un recorte de consejerías?

R. Lo que creo es que hay que hacer un serio recorte de gasto improductivo y destinarlo a gasto productivo. Se incrementa el gasto social y se reduce el gasto de obra pública. Hay que buscar donde ahorrar sin detrimento de la prestación de los servicios. Y hay muchos organismos donde se podría ahorrar mucho dinero. Se han reducido las empresas públicas pero no se han reducido los empleos de esas empresas. Las obras públicas tienen un efecto dinamizador de la economía. No se puede dejar de licitar y menos suprimir obras que ya estaban adjudicadas, como la del túnel de los Alcores, en la que hay empresas que ya habían hecho fuertes inversiones en maquinaria para llevarlas a cabo.

P. Dice que la convocatoria de elecciones no es la solución.

R. No digo que no sea la solución, sino que no me meto en eso. Lo que digo es que no puede estar paralizada una economía en función de las expectativas de una decisión política.

P. Pero parece que el país solo vive pendiente de eso

R. Pues eso es lo que no debe ser. Supongamos que se adelantan las elecciones a octubre o noviembre. Eso significaría que no se abriría el Parlamento en septiembre tras las vacaciones de julio y agosto. La acción legislativa estaría paralizada por esa actuación. Y todo el esfuerzo de concertación dedicado a una ley no terminaría su recorrido. Aquí, o mantenemos las empresas que tenemos, y creamos más empresas, y eso genera más riqueza y más empleo, o no hay estado de bienestar social posible en el futuro.

P. ¿Cree que un cambio de color político en Andalucía sería bueno para la comunidad y propiciaría la recuperación?

R. Nosotros trabajamos con los Gobiernos que nos da la sociedad. Como ciudadanos tenemos cada uno un corazón que está en muchos sitios, y las elecciones municipales han dado la posibilidad de ver a miembros de la CEA en las listas del Partido Popular, del PSOE, e incluso de IU. Repito, trabajamos con el Gobierno que nos da la sociedad, y la sociedad ha demostrado que sabe responder en función de las circunstancias y que manda mensajes y facturas, en función de cómo se ha actuado anteriormente.

P. ¿Pero a la CEA no le da miedo el cambio?

R. A la CEA no le ha dado miedo nunca ni el cambio ni la permanencia. Llevamos 30 años y lo que nos da miedo es que puedan permanecer situaciones en las que la empresa no sea el eje de la política, y cambiemos la ecuación, y nos quedemos los últimos, como estamos ahora, los últimos en crecimiento.

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