Córdoba se merecía la capitalidad
Algunos, entre los cuales me encuentro como diputada por Córdoba, no hacemos ningún reproche a Bildu, entre otras razones porque el proyecto de capitalidad europea de la cultura no es de Bildu, sino de la anterior corporación municipal. Mi radical discrepancia es con el fallo de un jurado, o de quienes le hayan asesorado, en el que se comete alguna contradicción importante.
A quien corresponda, conviene hacerle llegar que se trataba de la Capitalidad Cultural de Europa, y no de otra cosa, y desde luego, de ningún proyecto de paz, porque que sepamos, la ciudad de San Sebastián no ha estado ni está en guerra. Es lacerante que la cultura se ponga siempre como comodín polivalente de todo, y que en este caso no se haya tenido en cuenta el proyecto cultural, que es justo de lo que se trataba y lo que siempre se le ha pedido a las capitalidades y no otro asunto.
No esconderé porque es obvia, mi apuesta por Córdoba, la candidatura presentada con más veteranía en el tiempo y, además, de la única ciudad del sur de la Península. El jurado, o quien sea, debería haber tenido en cuenta que en España, incluido ahora San Sebastián, han sido siempre, y ya van cuatro, capitales culturales de Europa ciudades del norte, y jamás se ha hecho una apuesta por una ciudad del sur. Solo con esto, y con la excelencia de los contenidos del proyecto de Córdoba, que conozco y me consta la buena opinión que el jurado tenía, el resultado debía haber sido otro.
Este no es el sitio para confrontar a unas ciudades con otras de las que competían, pero quizás convenga revisar esta situación ya dada, porque el precedente que sentamos es francamente deplorable.
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