Euskadi prevé crear más de 3.300 nuevos empleos en el sector turístico en cuatro años

La viceconsejera de Comercio y Turismo, Pilar Zorrilla, dio a conocer ayer en el Parlamento los pormenores de uno de los instrumentos que completará la hoja de ruta del sector turístico de la comunidad autónoma hasta 2013. El País Vasco quiere con el Plan de Competitividad e Innovación del Turismo mantener la senda de los 23 meses consecutivos que lleva de incremento de los alojamientos en sus establecimientos hoteleros, un crecimiento que el pasado mayo registró sus niveles más reducidos.

Para ello ha puesto el foco de atención en el impulso de las nuevas tecnologías y en la configuración de un destino "multiexperiencial" que invite a permanecer más días en Euskadi y que atraiga a visitantes de perfiles muy diversos que a su vez se conviertan en "recomendadores".

Con el nuevo planteamiento, que supone una inversión de 25,6 millones de euros a lo largo de los cuatro años que dura el plan, se prevé crear más de 3.300 nuevos empleos, hasta superar los 96.258 trabajadores en este sector, e incrementar en 100.000 las entradas de viajeros extranjeros. Para analizar la evolución que vaya teniendo el sector, se creará un Observatorio del Turismo.

"Queremos atraer turistas, pero también inversiones y talento", añadió la viceconsejera. El plan identifica los aspectos negativos del sector, entre ellos la deficitaria señalización turística, la escasa presencia de aerolíneas de bajo coste en los tres aeropuertos vascos, y la inexistencia de formación para los nuevos puestos de trabajo que está generando el sector turístico. Con respecto a esta última debilidad, Zorrilla avanzó que trabajan ya con Educación para identificar estos puestos, entre ellos el de community manager.

Uno de los principales focos de atención será precisamente el de la innovación a través de las nuevas tecnologías. Otro ámbito de mejora será la "insuficiente" coordinación que existe en la actualidad entre los tres niveles institucionales, destacó Zorilla.

El plan recibió las críticas del PNV, que lo censuró al considerarlo poco operativo y "nada medible", por no tener en cuenta a diputaciones y ayuntamientos en su elaboración y por entender que se centra en la homogeneización de la oferta turística española sin tener en cuenta las especificidades de la vasca.