El Ulster vive los mayores disturbios en una década
Lealistas probritánicos y disidentes republicanos se enfrentan en Belfast
Cientos de lealistas probritánicos y disidentes republicanos han provocado en el enclave católico de Short Strand, en el mayoritariamente protestante este de Belfast, los peores incidentes que se han vivido en Irlanda del Norte en la última década. En los enfrentamientos del lunes resultó herido de bala un fotógrafo. La policía atribuyó ayer ese disparo a disidentes republicanos, pero considera que los disturbios, que enfrentaron a unas 500 personas el lunes y cerca de 400 en la noche del martes -ayer por la noche continuaba la tensión, con un gran despliegue policial-, han sido preparados por los lealistas de la llamada Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), un histórico grupo paramilitar que se declaró en alto el fuego en 1994 y abandonó oficialmente la lucha armada en 2007.
A diferencia de los unionistas, que defienden que Irlanda del Norte siga perteneciendo a Reino Unido -una opción apoyada por la mayoría de la población protestante de la provincia-, los lealistas agrupan tanto a unionistas radicales como a quienes consideran que su única lealtad es al propio Ulster y se distancian tanto de Irlanda como de Reino Unido. Durante los disturbios, el lealismo se alimentó de protestantes de clase obrera partidarios de combatir el terrorismo del IRA con más terrorismo.
En el Short Strand, tradicionalmente dominado por la gente del IRA, vivían las famosas hermanas McCartney. Simpatizantes de la causa republicana, en 2005 tuvieron la valentía de enfrentarse al IRA, convencidas de que uno de sus hombres fuertes en la ciudad había asesinado a su hermano Robert tras una disputa trivial en un bar. Las hermanas acabaron dejando la zona.
El reverendo Mervyn Gibson, alto representante de la Iglesia presbiteriana, subrayó ayer que católicos y protestantes no se enfrentan de manera violenta "sin un contexto" y que la tensión ha ido creciendo desde hace meses.
Ese "contexto" podría tener varios aspectos, como el creciente malestar de los lealistas del este de Belfast. Un malestar al que el diario The Irish Times atribuye orígenes diversos, como las investigaciones de un equipo de especialistas que trabaja separado de la Policía Norirlandesa (PSNI), pero que informa al jefe del cuerpo de seguridad sobre crímenes aún por resolver de la época de los disturbios. O el temor de la gente ante los rumores de que ha sido identificado un importante informador de la PSNI. O temores vinculados a las investigaciones de la denominada Agencia de Grandes Crímenes Organizados. "Los lealistas se sienten fuera del proceso de paz porque nos han empujado fuera de ese proceso. Nadie intenta meternos dentro", sostiene en The Irish Times Jim Wilson, miembro del partido Unionistas Progresistas. Un comentario que invita a pensar que los disturbios de estos días quizás sean, sobre todo, una llamada de atención.
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