Los talibanes usaron una mina trampa de más de 20 kilos

El artefacto que hirió el sábado en Afganistán a cuatro militares y un intérprete del contingente español estaba preparado para causar el mayor daño posible. Era una mina de presión con el plato desplazado a un lado del camino y el explosivo enterrado en medio; de modo que, cuando el Lince lo pisó con una rueda, la explosión se produjo justo debajo del vehículo, segando la pierna derecha de la soldado que conducía y la izquierda del teniente que iba de copiloto.

A falta de los informes de los artificieros, los primeros indicios -basados en las dimensiones del cráter y el estado del blindado, que quedó totalmente inutilizado y tuvo que ser remolcado por un vehículo de recuperación- apuntan a que la cantidad de explosivo podría superar los 20 kilos. "Debe de ser la cantidad mayor [de explosivo] que hayamos sufrido nunca", declaró la ministra de Defensa, Carme Chacón, a la cadena SER. Los ocupantes del Lince salvaron la vida por el blindaje del vehículo y también porque le acompañaba una ambulancia. "De no haber recibido cuidados de inmediato, el teniente y la soldado se habrían desangrado allí mismo", según fuentes militares.

El Lince afectado por la explosión era el cuarto de la columna integrada por una decena de vehículos. ¿Por qué los que le precedían no pisaron la mina? "Es cuestión de suerte. Se intenta seguir la rodada del vehículo que va delante, pero no siempre es posible, en un camino sin asfaltar en el que se levantan continuamente nubes de polvo", explican las fuentes.

Los heridos evolucionan favorablemente de sus lesiones en el hospital español de la base de Herat, a la espera de que un Boeing 707 medicalizado despegue de Torrejón de Ardoz para repatriarlos. La soldado fue examinada en el hospital de la OTAN en Kandahar por un oftalmólogo, que descartó que sufriera también una lesión ocular.