El vestido de Marilyn vale 3,2 millones de euros
La actriz Debbie Reynolds subasta su colección de tesoros de la Metro
Durante años los atesoró como suyos. El vestido blanco por el que todos recordamos a Marilyn Monroe en La tentación vive arriba. El sombrero de Charlot. Ese otro con peluca rizada que utilizaba Harpo Marx o el traje que diseñó Cecil Beaton para una espectacular Audrey Hepburn en la escena de las carreras de My Fair Lady (1964). Debbie Reynolds sabe de cine, de vestuarios y de lo que al público le gustaría ver en un museo del cine. Una lástima que nunca consiguió interesar a un museo en esta extensa colección de trajes de cine a la que el sábado dijo adiós en una de las mayores subastas de la historia de Hollywood. La casa de subastas Profiles in History estimaba el sábado alcanzar entre los 2,8 y los 4 millones de euros. Pero las cifras fueron mucho más altas. Y es que la colección que la estrella de Cantando bajo la lluvia sacaba a la venta es un tesoro. Por poner algunos ejemplos, el nombrado gorro de Charlie Chaplin se vendió por 76.000 euros, mientras que el nuevo propietario del vestido de Hepburn en My Fair Lady tuvo que ofrecer 2,5 millones de euros para hacerse con la prenda. En total, Reynolds posee más de 5.000 piezas, de las cuales el sábado puso unas 600 a disposición del mejor postor y el próximo 3 de diciembre otro tanto, destruyendo así una de las mayores colecciones del Hollywood dorado. "No hay otro modo. Necesitaba un descanso de la responsabilidad de intentar hacer algo que parece que nadie quiere hacer. Así cada uno disfrutará de su compra", declaró la actriz de 79 años y frágil estado de salud.
Se vendieron los trajes de 'Sonrisas y lágrimas' y la corona de 'Cleopatra'
Reynolds comenzó su colección con lo que pensó que era un crimen a la historia de Hollywood: la venta del atrezo de los estudios MGM en 1970. "Nunca pensé que MGM pudiera desaparecer", recuerda todavía con descreimiento. Y tras esa compra inicial siguió aumentando su colección con las ventas de otros estudios como Fox o Paramount, así como donaciones personales. De esa forma consiguió el tocado de Elizabeth Taylor en Cleopatra (del que se separó por algo menos de 49.000 euros) o la toga de Richard Burton en ese mismo filme. También tiene los trajes de campesinos de la familia Von Trapp en Sonrisas y lágrimas o la guitarra (dedicada) de Julie Andrews. Siguiendo con los clásicos, la colección que Reynolds subasta también incluye el vestuario de Ben Hur (1959) -la túnica de Charlton Heston se vendió por 223.000 euros- o el de El rey y yo (1956) de Yul Brynner. De su propia filmografía, la madre de Carrie Fisher incluye el vestuario de Molly Brown, siempre a flote (1964). Y no solo de vestidos vive esta colección, que incluye muebles como los sofás del Mujercitas de Katherine Hepburn o incluso coches, como el Ford modelo T de 1918 usado en las películas de El Gordo y El Flaco y vendido por algo más de 24.000 euros. La idea de Reynolds siempre fue exponer estas joyas en su ambiente, comprando en ocasiones sets enteros para poder reproducir una escena. Llegó a contar con su propio museo en el casino que abrió en Las Vegas con su tercer marido, Richard Hamlett. Pero tras el fracaso de aquella aventura llega el momento de mirar hacia adelante. "El traje de Marilyn ya no es tan blanco como era, pero es el paso de los años", comentó con razón de una de las piezas más buscadas. Sea como sea, la menor blancura del vestido no pareció importarles mucho a los postores: su nuevo dueño pagó 3,2 millones de euros por él.
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