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La crisis del euro

La rebelión interna del PASOK agrava la crisis económica de Grecia

Papandreu acomete hoy la remodelación del Gobierno - El ministro de Finanzas suaviza el nuevo plan de ajuste para asegurarse el apoyo de su grupo

María Antonia Sánchez-Vallejo

Con el fantasma de unas elecciones anticipadas a la vista, los políticos griegos han arrastrado al terreno partidista el riesgo de insolvencia de su economía, en plena discusión de un nuevo programa de austeridad y mientras el Eurogrupo se plantea, dividido, la pertinencia de un segundo rescate a Grecia. Una rebelión en el seno del gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) agudizó ayer la incertidumbre y sembró inquietud en Bruselas y Washington. El presidente griego, Karolos Papulias, como páter familias de una casa dividida y a la gresca, pidió a los líderes políticos que sean "más responsables que nunca" para evitar el colapso de la democracia. Es el sistema mismo el que está en juego, advirtió.

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La tormenta política no solo compromete la estabilidad del Gobierno, también el futuro inmediato del proyectado ajuste económico, el denominado Programa de Estrategia Fiscal a Medio Plazo (2012-2015), que se basa en tres pilares: aumento de la presión fiscal, recorte del gasto público -150.000 funcionarios perderán su empleo- y privatización de empresas del Estado para obtener liquidez (unos 50.000 millones de euros, según las previsiones del Gobierno).

Aunque la Casa Blanca pidió ayer que las reformas económicas griegas continúen, el ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinu -bien considerado en Bruselas pero detestado en casa-, suavizó algunos puntos del programa de austeridad para asegurar el apoyo de su grupo parlamentario. Entre otros, queda sin efecto el anunciado incremento del precio del gasóleo para calefacción. Las viviendas habituales de hasta 100 metros cuadrados no pagarán impuestos adicionales, como preveía el texto original. A cambio, el Estado incrementará proporcionalmente la presión sobre las rentas del trabajo, entre un 1% y un 4%.

Mientras en la remodelación del Gobierno -según un portavoz oficial, se concretará hoy- suena como posible sustituto de Papaconstantinu el exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) Lukas Papademos -su nombre se barajó también anteayer en las quinielas para primer ministro-, el disenso político muestra un doble frente: por un lado, el PASOK frente al principal partido de la oposición, Nueva Democracia (centro-derecha), que el miércoles rechazó la oferta de integrar un Gobierno de unidad nacional para superar la crisis (Bruselas lamentó ayer la falta de consenso entre ambos partidos); por otro, el aparato del PASOK frente al grupo de aganaktismeni (indignados) surgido en sus propias filas, 35 diputados -más de una quinta parte de la bancada socialista- que han cuestionado el liderazgo del primer ministro, Yorgos Papandreu, al que convocaron en reunión extraordinaria en la tarde de ayer. "Sin duda ninguna, hay una falta de liderazgo. El país ha caído en el caos. Hay un déficit de gobierno, por eso insto a los altos cargos del PASOK a asumir sus responsabilidades", dijo el diputado Dimitris Lintzeris.

La remodelación del Ejecutivo, así como el voto de confianza en el Parlamento, quedó en segundo plano ante la insurrección en el PASOK. La defección de dos diputados socialistas elevó ayer a tres la cifra de escuderos que el jefe del Ejecutivo ha perdido en el Parlamento de Atenas en menos de 48 horas. Aunque ambos devolverán su acta -por lo que los socialistas retienen la mayoría, 155 escaños de 300-, la desbandada debilita aún más la situación de Papandreu.

En un mensaje a su grupo parlamentario, el primer ministro instó a sus diputados a cerrar filas en aras de la situación de emergencia que vive el país. "Busco y seguiré buscando un amplio consenso. Nuestra respuesta a los desafíos que afrontamos es la estabilidad y seguir en la vía de las reformas", dijo. La petición de consenso parecía ir dirigida sobre todo a sus correligionarios.

Papandreu, ayer antes de dirigirse al grupo socialista en el Parlamento griego.
Papandreu, ayer antes de dirigirse al grupo socialista en el Parlamento griego.PETROS GIANNAKOURIS (AP)

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