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Educación implanta medidas para aumentar el número de investigadoras

El departamento pretende además facilitar la conciliación familiar

Euskadi pierde cerebros femeninos para la ciencia porque necesita un cambio cultural y flexibilidad para la conciliación familiar. Al igual que ocurre en el resto de España y Europa, los laboratorios vascos de ciencia y tecnología hablan básicamente en masculino. Las mujeres abundan en investigaciones de ciencias sociales y de la salud, pero son minoría precisamente en el ámbito de mayor importancia en el tejido productivo vasco y, por tanto, en el que más posibilidades existen de que la investigación se traslade a las empresas.

Dar la vuelta a esta realidad resulta complicado, como demuestran cada año los datos de la desigualdad entre sexos. Por ello, el Departamento de Educación trabaja en la elaboración de un plan que estará finalizado en las próximas semanas con medidas para tratar de atajar este desequilibrio.

La consejería elabora un plan con ideas para todas las fases educativas
Las becas de movilidad permiten ampliar el seguro a las familias

Con él se prevé intervenir en las diferentes fases educativas, desde la elección de una rama concreta de estudios en Secundaria y el impulso femenino en los módulos de Formación Profesional tradicionalmente ocupados por alumnos varones, hasta las ayudas económicas que se conceden a los investigadores que han terminado su doctorado. Todo para evitar datos como los últimos difundidos por el Eustat: casi siete de cada diez graduados el pasado curso en todas las ingenierías que se pueden estudiar en Euskadi eran chicos, al igual que el 73% de los que cursaban un posgrado en 2010.

El Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (Isei-Ivei) incide en su último informe de indicadores educativos, correspondiente a 2009, en que la tasa de graduación en ciencias matemáticas y tecnología entre las mujeres se situaba en 16 por cada mil, frente a los 38 por cada mil hombres. Los datos "reclaman una atención para potenciar la graduación de las mujeres en ámbitos científicos y tecnológicos", concluye el estudio.

En Secundaria, los pasos se quieren dar en actividades específicas para chicas con el fin de que tengan referentes modernos de mujeres investigadoras. Y ello al margen de las medidas que se están poniendo en marcha para impulsar las vocaciones científicas, de por sí escasas en ambos sexos para el modelo productivo que se quiere implementar. Todo ello se potenciará a través de charlas, exposiciones itinerantes y otros eventos. A este nivel se quiere incidir no solo en las carreras universitarias tradicionalmente masculinizadas, sino en estudios de FP, ya que la polarización de sexos entre módulos resulta muy habitual. El profesorado también podrá recibir formación a través de un curso de Garatu, Ciencia en femenino, para visibilizar a las investigadoras.

En niveles superiores las iniciativas ya se han puesto en marcha. El Plan Universitario 2011-2014, aprobado la pasada semana, tiene prevista financiación para los planes de igualdad de las universidades. La UPV ya ha aprobado el suyo. El objetivo en los equipos de investigadores es lograr los mayores equilibrios posibles y apoyar el liderazgo femenino de aquellos.

Más allá de los grados, las medidas se destinan a facilitar que las investigadoras compatibilicen su carrera profesional y su familia. Es el caso de aquellas que trabajan en Ikerbasque. En un mundo tan competitivo como el de la investigación, Educación prevé facilitar a las mujeres que puedan ampliar los plazos de las becas de doctorado y, sobre todo, las posdoctorales. Entre los objetivos figura también promover el retorno a esta actividad después de una larga temporada de paralización profesional por cuestiones como la maternidad o el cuidado de personas mayores.

La filosofía de las medidas no pasa por favorecer a las mujeres, sino por "despenalizar estas cuestiones", afirma la directora de Política Científica del departamento, Begoña Ochoa. Y es que, hoy en día, cuantos más escalones sube una mujer en su carrera investigadora, más dificultades halla para compatibilizarla con una familia. Para evitar penalizaciones de este tipo, la consejería está revisando en la actualidad todas las convocatorias, "desde la lógica de la competitividad y la calidad", insiste Ochoa.

Entre las dificultades figura la movilidad al extranjero, clave para la actualización de conocimientos, que puede llevar entre seis meses y un año. Para paliar los problemas familiares que se derivan de ello, se han modificado los criterios de las becas de movilidad desde 2010 para que la pareja y los hijos de los investigadores sean incluidos en el seguro que incluye la ayuda. Esto facilita la movilidad a destinos como EE UU.

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