"La suerte va y viene"

Fernando Alonso estaba convencido de que el Gran Premio de Canadá podía suponer una inyección de moral para Ferrari tras un inicio de año decepcionante, en el que las prestaciones del 150º Italia no habían estado a la altura del nivel de exigencia que se le presupone a la marca más representativa y con más éxito de entre las que se miden en el Mundial de fórmula 1.

La propuesta que los ingenieros de Maranello han desarrollado para competir este curso es rápida en las pistas que no requieren demasiada carga aerodinámica, pero, lamentablemente para la escudería italiana, son muy pocas en el calendario actual. La del circuito Gilles Villeneuve es una de ellos y en ese argumento basaba el español toda su esperanza.

"El asfalto estaba resbaladizo y yo me llevé la pero parte. Button consiguió salir"

"Habíamos ido muuy rápidamente todo el fin de semana y ... nos toca la primera lluvia"

Su deseo, sin embargo, se dio de morros con el desenlace debido principalmente a dos circunstancias: otro error de cálculo de los estrategas del equipo y un incidente con Jenson Button que terminó por eliminarle de manera definitiva.

La decisión de comenzar la prueba por detrás del coche de seguridad limitó considerablemente las posibilidades que tenía Alonso de lanzarse al cuello de Sebastian Vettel desde la segunda plaza de la parrilla que se ganó el sábado en la cronometrada.

A pesar de ello, el español se echó encima del alemán cuando el safety car se escondió y a punto estuvo de enfilar a su rival, que se defendió de maravilla -ahora te coloco el trasero aquí, ahora allí- para cerrar cualquier ranura que pudiera animarle a atacar.

La pista se iba secando, circunstancia que provocó que los encargados de diseñar el plan a seguir, reclamaran su entrada para colocar las gomas intermedias en el peor momento (17ª vuelta), apenas tres minutos antes de que una terrible tormenta descargara con toda su alma sobre Montreal, un contratiempo que le obligó a volver a colocar los compuestos extremos dos giros más tarde, justamente antes de que la bandera roja suspendiera la prueba después de reincorporarse el octavo, embutido entre el tráfico.

La agresividad que demostró en el primer arranque no tuvo réplica en el segundo, de modo que Jenson Button le fue arañando terreno hasta que contactó con él y trató de superarle en la maniobra que le costó el abandono al bicampeón del mundo con Renault (2005 y 2006).

"No estoy preocupado por lo que puedan decidir los comisarios porque no tengo la sensación de haber hecho algo malo", declaró Button, que fue investigado por los incidentes con Hamilton y Alonso, pero que finalmente no recibió sanción alguna respecto a esas dos acciones.

"Jenson y yo salimos pegados de la segunda curva, justamente después del carril de los garajes, y supongo que midió mal. Se me llevó por delante y ahí acabó mi carrera". Así relató Alonso la enganchada con Button, con quien fue muy condescendiente ateniéndose a la multitud de condicionantes que coincidieron ayer.

"El asfalto estaba muy resbaladizo y, al final, me llevé yo la peor parte. Él consiguió salir y nosotros acabamos la carrera con un cero que no queríamos", resumió el asturiano, que hizo hincapié en la mala suerte que, según él, se está cebando este curso con la Scuderia.

"La suerte va y viene. Cuando nos compense lo que nos está ocurriendo esta temporada, ganaremos el Mundial a mitad de curso", se consoló Alonso, enfadado por contar con un coche potencialmente ganador por primera vez, pero que una tromba de agua se encargó de desactivar.

"Habíamos ido muy rápidamente durante todo el fin de semana y nos encontramos con la primera carrera con lluvia del año", se lamentó el piloto de Ferrari, que figura el quinto en la tabla de puntos, con 92 de desventaja respecto a Vettel, casi cuatro carreras, consciente de que las pocas posibilidades que le quedaban de meterse en la lucha por el título se las dejó ayer en Canadá.