Ares intenta minimizar la repercusión de las protestas de los sindicatos
El absentismo policial cayó en mayo a los niveles más bajos de los últimos años
El consejero de Interior, Rodolfo Ares, minimizó ayer la repercusión sobre los ciudadanos de las acciones de protesta organizadas en los últimos meses por los sindicatos de la Ertzaintza y recalcó que iniciativas como la huelga de bolis caídos, que invitaba a los agentes a no multar seis tipos concretos de infracciones, no han tenido importancia.
Ares explicó en el pleno de control del Parlamento que las multas crecieron un 40% entre abril y mayo pasados. Con estos datos trató de restar importancia a las reivindicaciones de las centrales policiales, que iniciaron esa campaña a finales de marzo para exigir un convenio tras cuatro años sin acuerdo.Junto a ello, precisó que el absentismo policial bajó en mayo al 8%, uno de los porcentajes más reducidos de los últimos años, pese a que las centrales habían impulsado un mes de la salud en que invitaban a los agentes a coger una baja laboral.
Interior asegura que celebrará el Día de la Ertzaintza antes de final de año
El aplazamiento del Día de la Ertzaintza, previsto para el próximo 19, que Interior ha aplazado por el rechazo sindical, también llegó a la Cámara. Ares, quien evitó en todo momento aludir al cese de dos de sus viceconsejeros, aseguró que se celebrará antes de fin de año. Apuntó que unas 300 personas, entre agentes y sus familiares, habían confirmado ya su asistencia. El consejero volvió a negar que el aplazamiento se deba al boicot sindical. Las centrales habían organizado un acto paralelo.
A pesar de estas explicaciones, el titualr de Interior recibió críticas sobre su gestión en el conflicto sindical tanto de su socio preferente, el PP, como por parte del PNV. El popular Carlos Urquijo criticó la suspensión de la celebración por considerar que se trata de una decisión que "debilita" al consejero ante los sindicatos. Mikel Martínez, del PNV, aseguró que Ares "ha tocado fondo". El consejero respondió a este último reclamándole que "no utilice todos los conflictos sindicales para atacar al Gobierno".
El pleno de control de ayer se caracterizó por las explicaciones que distintos consejeros dieron sobre cuestiones laborales y sindicales. Así, la titular de Educación, Isabel Celaá, defendió la Oferta Pública de Empleo (OPE) que se celebra a partir de este fin de semana, la "más grande de la historia", con 1.515 plazas, de las que 85 tienen el PL1, el más bajo, como perfil lingüístico. Este hecho ya generó polémica meses atrás entre los sindicatos nacionalistas LAB, ELA y STEE-EILAS y los que firmaron el acuerdo laboral con el departamento, CC OO y UGT. Ayer, peneuvistas, EA y Aralar, criticaron esta decisión del departamento.
El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, también dio explicaciones sobre su plantilla, esta vez debido a las críticas que han suscitado los complementos que han recibido los directivos de Osakidetza. Bengoa aseguró que estos complementos existen desde 2007 y recalcó que desde el año pasado se otorgan por primera vez en función de si los responsables sanitarios cumplen con sus objetivos. El consejero recordó que los directivos no perciben el plus de desarrollo profesional y, por tanto, muchos de ellos cobran menos que sus subordinados. Solo 10 directivos cobran de 75.000 a 100.000 euros al año -el resto tiene salarios inferiores-, pero 495 médicos y ocho enfermeras cobran más de 100.000 euros.
El lehendakari, Patxi López, se mostró dispuesto a impulsar reformas como la de la ley Electoral, en respuesta a una pregunta de UPyD sobre las protestas del Movimiento 15-M.
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