Plataforma per Catalunya, la novia que nadie quiere

Guste o no, el partido de ideología racista Plataforma per Catalunya (PxC) está arraigando cada vez más y su duro discurso contra la inmigración está cuajando en una sociedad golpeada por la crisis. La formación ya está presente en varios Ayuntamientos importantes, y allí donde no existan mayorías absolutas, el voto de los xenófobos puede ser clave para aprobar presupuestos u otros proyectos. De hecho, Josep Anglada, presidente de PxC, ha reconocido que su partido puede cambiar de voto a su antojo durante las investiduras de los alcaldes de hoy, ya que su objetivo es que "la gente se dé cuenta de que los votos de PxC sirven para algo".

Plataforma consiguió en las pasadas elecciones municipales 66.000 votos, cosa que le dio 67 concejales en 40 municipios (12.500 votos y 17 concejales en 2007). Destacan los cinco concejales obtenidos en Vic (ciudad donde se forjó el partido) y en El Vendrell, aparte de los tres ediles conseguidos en ciudades como Sant Boi de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Torelló, Manlleu y Mataró.

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Aunque los nuevos alcaldes han podido esquivar a PxC para su investidura, la legislatura es larga y se pueden ver obligados a llamar a la puerta de los ultras para aprobar proyectos claves. En Salt, Plataforma ya ha ofrecido sus votos "a la gobernabilidad" del municipio, y Anglada recuerda que gracias a sus votos se llevaron adelante los presupuestos en El Vendrell y Vic el pasado mandato.

De los 40 municipios donde PxC ha conseguido representación, tiene posibilidades de desempeñar algún papel aproximadamente en la mitad, donde no existen pactos estables de gobierno. Los más destacados son Salt Torelló y Mataró. El líder de PxC en Salt, Carles Bonet, señala: "A título personal todos estamos dispuestos a llegar a un acuerdo", aunque el futuro alcalde, Jaume Torramadé (CiU), lo ve muy diferente y espera gobernar en minoría sin tener que depender del voto de los ultras. En todo caso, concluye: "Intentaremos sumar con todos".

En Torelló, Plataforma también enseña la patita, aunque saben que en Osona, aparte de su mayor apoyo, tienen su mayor rechazo. El concejal electo de PxC Josep Maria Soldevila se reivindica por ser "los más cercanos" ideológicamente a CiU, la lista más votada. Los ultras también podrían tener la llave en otros municipios de la comarca, como Roda de Ter y Taradell, donde no se han sellado pactos estables de gobierno. Pero el presidente de CiU en Osona, Josep Maria Matas, se muestra contundente y niega contactos con PxC.

El mismo rechazo a los xenófobos manifiestan en Mataró. El más que probable nuevo alcalde de la ciudad, Joan Mora (CiU), reniega de la formación racista y asegura que no se han visto nunca con sus miembros ni han hablado nunca. "No prevemos contar con sus votos, solo hablamos con partidos con larga tradición democrática", añade Mora, que durante la legislatura apuesta por la geometría variable para conseguir acuerdos ocasionales con los diferentes partidos. Mora opta por la indiferencia hacia la presencia de tres concejales de Plataforma en el futuro Consistorio y apunta: "El frentismo contra PxC sería un error estratégico de primera magnitud, porque lo que haría es fortalecerlos".