CiU de Tarragona desoye a la dirección y se inclina por el PP

Convergència i Unió de Tarragona ganó la pugna a la dirección nacional del partido. Así al menos lo escenificó ayer la federación nacionalista, en un largo día que empezó con un órdago de la candidata en la capital provincial, Victòria Forns, a la cúpula de CiU. El lunes, la ejecutiva nacional de Convergència ordenó a sus divisiones locales respetar la lista más votada. Esa decisión entregaba la alcaldía de Tarragona al PSC: un jarro de agua fría para Forns, que tenía muy avanzado un pacto con el Partido Popular para alternarse en la alcaldía. Ambos partidos, con 7 concejales, alcanzaban la mayoría absoluta (14) y dejaban fuera al actual alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, que obtuvo en 12 ediles. Oriol Pujol, secretario general adjunto de CDC, fue tajante el lunes ante la posibilidad de alternar la alcaldía con el PP: "De ninguna manera", zanjó.

Oriol Pujol se rinde tras reunirse con la militancia local y acepta la rebelión

Al final, Pujol rectificó ayer sus palabras. Forns desafió por la mañana subrayando que el pacto en Tarragona lo decidiría la federación local. Incluso mentó al presidente de la Generalitat, Artur Mas, del que aseguró tener todo el apoyo. Pujol se desplazó por la noche a Tarragona para frenar la rebelión. Pero, tras una tensa reunión de más de dos horas con la militancia, tuvo que ceder. Pujol peleó, según contaron varios asistentes. Uno de ellos comentaba a la salida: "La militancia ha decidido pactar con el PP, pero la dirección del partido se enroca".

Ante la presión de los asistentes, Pujol tuvo que rendirse y aceptar la rebelión: "La unánime actitud entre la militancia es poner de relieve la excepcionalidad de Tarragona. No impondremos nada, la decisión se tomará en la ciudad", explicó tras reunirse con la federación local. Forns, más cerca de la alcaldía, fue prudente y no dio por cerrado ningún pacto. Aunque fuentes de los dos partidos han dejado claro estos últimos días que el acuerdo va por muy buen camino. En plena tormenta interna de CiU, el PP se apresuró a recalcar por la tarde que había unos acuerdos que se tenían que respetar para alternarse en la alcaldía. El popular Alejandro Fernández, aspira a ser el primer alcalde del PP en una capital de provincia catalana.

Pujol intentó justificar su marcha atrás aludiendo a la "excepcionalidad" de Tarragona. Al proclamar el respeto a la lista más votada como principio irrenunciable para CIU, Pujol ya avisó de que podía haber excepciones. Pero romper esa norma en Tarragona deja al partido totalmente polarizado junto al PP. El respeto a la candidatura ganadora permitió a la federación entregar la alcaldía de Badalona al discurso xenófobo del PP de Xavier García Albiol. Una decisión polémica a nivel interno que permitirá a los nacionalistas acometer acuerdos de mayor calado con la formación que lidera Alicia Sánchez-Camacho.

Pero CiU no ha tenido reparos en saltarse sus principios para aislar totalmente al PSC: está a punto de suceder en Tarragona, ayer se certificó en Sitges y en una decena de municipios hay acuerdos similares. El principio de la lista más votada sirvió como excusa para Badalona; con el embrollo badalonés solucionado, la realidad local manda. Tarragona lo dejó claro.