La policía detiene al líder de una banda de sicarios colombianos

Ronco y Pollo eran hasta ahora los dos últimos sicarios colombianos detenidos por la policía española, en agosto de 2010. Acumulaban centenares de asesinatos. El pasado lunes se unió otro más a la lista, Carlos Alberto Alarcón Quintero, Pipi, de 38 años, buscado por Colombia por homicidio y porte ilegal de armas. Se le considera el líder de una organización de sicarios y narcotráfico de Santiago de Cali, Los Candelos, y también aceptaba encargos de otros cárteles. Ahora vivía tranquilamente en Valencia, donde solía trapichear con cocaína en un pequeño bar de la calle San Pancracio. Forma parte de la lista de los 24 criminales más buscados de Colombia, país que ofrecía hasta cinco millones de pesos -aproximadamente 2.000 euros- como recompensa por información sobre su paradero.

Pipi salió de Colombia en 2006, cuando se enteró de que le habían imputado por varios delitos -a su grupo, local pero muy activo, se le atribuyen más de una decena de asesinatos- y de que la policía tenía orden de detenerlo. Llegó a España huyendo de la justicia de su país y se estableció en Valencia con un nombre falso: Joel Janpiero Sanatore Baudín, de nacionalidad venezolana. Aparte del menudeo con las drogas, la policía está investigando si continuó en España su actividad como sicario.

La policía española, en colaboración con la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional de Colombia, supo que estaba en España en octubre. El lunes pasado, el Grupo II de la Brigada Central de Crimen Organizado de la Policía Nacional lo detuvo en Valencia y lo puso a disposición de la Audiencia Nacional, que tendrá que resolver la petición de extradición. El detenido expresó ayer ante el juez Fernando Andreu su rechazo a ser trasladado a Colombia.