Egipto reabre la frontera de Gaza
Los palestinos vuelven a cruzar el paso de Rafah tras cuatro años de bloqueo
Shahira el Betar y su esposo Ibrahim Lactan cruzan de la mano la valla fronteriza de Rafah. El matrimonio tiene ocho hijos y más de una decena de nietos. "Tres de ellos viven en El Cairo. Hace cuatro años que no les veo", dice la madre. Se le llenan los ojos azules de lágrimas. "De alegría", asegura.
Estos dos profesores palestinos de casi 70 años pasaron ayer la frontera que separa Palestina de Egipto. Por primera vez desde que en 2007 Hamás se hiciera con el control de la franja rompiendo con ello el Gobierno de unidad que había formado con el presidente palestino, Mahmud Abbas. Así, los palestinos que viven en Gaza han podido salir libremente por la única frontera que no controla el Gobierno israelí. "Era como una prisión", concluye el profesor. "Ahora me siento libre".
Israel teme que el lugar se convierta en un coladero de armas e islamistas
El Gobierno interino egipcio, bajo control de facto del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, ya había anunciado hace semanas su intención de abrir de forma permanente el puesto de Rafah. Hace dos semanas los jóvenes que iniciaron la revolución se echaron a la calle clamando por una tercera Intifada y el Ejército tuvo que blindar el Sinaí para evitar que cientos de activistas llevaran su protesta hasta Gaza. Finalmente, hace unos días, el Estado egipcio marcó el sábado 28 de mayo como el inicio de una nueva política en la era pos-Mubarak y en los albores de una primavera democrática que algunos consideran aún en ciernes.
La decisión de abrir la única puerta que Israel no puede controlar respalda el acuerdo firmado entre las distintas facciones palestinas y ha sido bien recibida en la comunidad internacional, no así en Israel. Sí la respalda Estados Unidos, que considera que Egipto ejercerá un control adecuado de la frontera.
Egipto aplicará el mismo procedimiento vigente antes del año 2007. Entonces se permitía la entrada de palestinos a Egipto a través de todos sus pasos fronterizos y aéreos. Ahora se podrá cruzar libremente también desde Gaza, aunque se exigirá un visado a los varones de entre 18 y 40 años.
Autobuses a rebosar de hombres, mujeres, niños y bultos hacen el camino desde Palestina hasta el puesto de control egipcio. Allí comen, charlan y esperan mientras los responsables del control de pasaportes hacen las comprobaciones. Uno de ellos, Alaa, lleva toda la mañana metiendo datos en el ordenador, mientras a la ventanilla se asoman hiyabs y barbas. Hasta las doce del mediodía habían cruzado más de 300 palestinos desde Gaza y 200 desde el Rafah egipcio, el mismo número de personas que solía pasar en un día entero.
A Israel le preocupa que Rafah se convierta ahora en un coladero de armas e islamistas. Un papel que hasta ahora estaba reservado a los túneles que corren bajo el suelo de la alambrada y que han sido el combustible de la economía de Gaza desde el inicio del embargo. Un responsable de seguridad egipcio niega esa posibilidad. En cuanto a los túneles, considera que todo seguirá igual. "Este cambio aliviará la vida de las personas, pero la economía... lo que pasa por los túneles es otra cosa".
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