Polifonía jonda
Antes que nada, una decepción. Motivada por expectativas infundadas: si se reúnen sobre el escenario tres cantaoras con acompañamiento flamenco y un coro de gospel, quien más, quien menos va a pensar en una fusión entre el flamenco y los espirituales negros. Lógico, pero en este caso no fue así: en Un secreto a voces, título de la producción, no hay ni una sola gota de gospel ni nada que se le parezca. El coro actúa como una formación vocal todoterreno, olvidando su procedencia. Revisando la publicidad del espectáculo, se puede comprobar que en ningún momento se habla de esa hipotética fusión y solo el nombre del coro y su trabajo habitual es lo que induce a la confusión.
Salvado el malentendido, lo que debe añadirse es que Un secreto a voces es un trabajo soberbio, un espectáculo atractivo que apunta alto aunque todavía le falte algo de contenido. La parte con el coro es demasiado corta, y el final, simplemente pachanguero, pero el trabajo vocal es magnífico. La habanera del ínclito Ortega Monasterio que cerró el espectáculo banalizó en exceso una propuesta de gran calado.
ALBA GUERRERO CON GOSPEL MESSENGERS
Festival Flamenco de Ciutat Vella
CCCB, 21 de mayo
Alba Guerrero ha trabajado las múltiples posibilidades de la voz femenina, de la polifonía medieval a la música contemporánea, y las ha aplicado al flamenco de forma inteligente y cercana. Antes de que los Gospel Messengers hicieran su aparición había acontecido ya lo mejor de la velada: tres voces de mujer a capela bordaron unos minutos de polifonía jonda sencillamente estremecedores. Después, con la ayuda del coro, Alba Guerrero amplió algo esas posibilidades aunque el coro siempre quedó en un segundo plano. Es un trabajo sincero y directo que merece seguir su andadura.
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