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Tentaciones

La catarsis de Lady Gaga

Todo fenómeno de masas lleva implícito una corriente de detractores. Tras la sorpresa inicial en la que el debate se centraba básicamente en un simple Gaga sí o Gaga no, posturas en general defendidas por individuos más o menos afines a priori a su propuesta, en los últimos meses se han sofisticado las posiciones encontradas en torno a la artista. La reacción ha coincidido con un repunte de sus intervenciones públicas relacionadas con temas políticos y sociales. Escenas como su teatral campaña a favor de revocar la ley que permite al Pentágono expulsar del Ejército de EE UU a los soldados abiertamente gais (que, por cierto, no prosperó) han impulsado la creación de plataformas como Gays Against Gaga, disconformes con el papel de portavoz de los homosexuales que consideran que ha asumido la artista. "Algunos de nosotros aspiramos a crear nuestra propia cultura, no a acomodarnos en ser un mercado objetivo", reza uno de sus estatutos.

"A mucha gente dentro de la cultura gay se le prohíbe decir nada malo sobre ella"

Silvia Prada, artista ponferradina afincada en Nueva York y habitual ilustradora de estrellas pop, asegura que jamás dibujaría a Lady Gaga, porque "su cuerpo no comunica nada". Confiesa estar "frustrada" porque "a mucha gente dentro de la cultura gay se le prohíbe decir nada malo sobre ella. Es como una dictadura". Los reproches al presunto papel mesiánico agresivo adoptado por ella, sus numerosos colaboradores y sus apasionados seguidores (algunos con mucho poder mediático, como Perez Hilton) se ven reforzados por la columna que Gaga publicó en V Magazine en reacción a las críticas recibidas tras la publicación de su sencillo Born this way. En ella afirma con cierta pedantería que nadie mejor que sí misma conoce su mensaje, desautorizando sin rubor a sus detractores. El artista intentando tomar el control del medio. "El trasfondo de este producto no me inspira confianza ni libertad. Es casi conspiratorio", afirma Prada.

El debate está abierto. ¿Deberían los artistas pop dedicarse solo a entretener? ¿Por qué no pueden utilizar su estatus de icono mundial para apoyar causas que consideran justas? ¿Tiene derecho una estrella a convertirse en portavoz de un colectivo por ser teóricamente admirado por buena parte de él? ¿Hemos creado un monstruo? ¿Está siendo tratada injustamente? n

CRÍTICA DE POP

Lady Gaga - Born this way. (Universal).

Tres álbumes, tres acontecimientos. Y los tres muy diferentes. Maximalista, consistente, excesivo y agotador, Born this way parece concebido como la banda sonora para una dura sesión de gimnasio. He aquí una reseña canción por canción sin mentar a Madonna. A riesgo de resultar demasiado clásicos, se excluyen los bonus tracks.

1. 'MARRY THE NIGHT'. Para abrir el disco, Gaga elige un tema coescrito junto al mexicano Fernando Garibay, que ha desplazado a RedOne como productor de cabecera (Garibay gana 9 a 4). Este petardo electro-rock no deja tiempo para tomar aire, pero es un flojo prólogo.

2. 'BORN THIS WAY'. Parece evidente que su elección como adelanto tuvo más que ver con su declaración de intenciones y su sencillo eslogan de autoafirmación -en línea con los repetitivos mensajes dirigidos a sus pequeños monstruos- que con ser la mejor canción. Una melodía apasionadamente AOR recubierta de infinitas capas de irritante producción metálica y saturada más allá del límite eufónico. Un dato poco extendido: la coescribió con el danés Jeppe, de Junior Senior.

3. 'GOVERNMENT HOOKER'. Uno de los mejores beats del lote, casi minimalista en comparación con el resto. La letra podría interpretarse como una poco alegórica protesta contra el abuso de poder, pero también podría no significar absolutamente nada. Incluye referencia gratuita a John F. Kennedy.

4. 'JUDAS'. Empieza lo bueno. Aun-que en un principio parezca un intento de conseguir un himno a lo Bad romance, la agresividad y el ritmo endiablado de Judas no pueden calificarse de continuistas. Ni siquiera su estribillo bubblegum y su puente épico la convierten en una pieza fácil. En el contexto barroco del álbum adquiere todo el sentido.

5. 'AMERICANO'. Un número italo-caucásico y flamenco-mariachi al mismo tiempo. Inmigración, religión y matrimonio gay metidos en una batidora de electro-disco étnico. Puro Eurovisión deluxe. Una majadería extremadamente adictiva.

6. 'HAIR'. La imagen está clara: "Soy tan libre como mi pelo", reafirma Gaga en plena escena doméstica de rebeldía estética juvenil. Los espíritus de Cher y Meat Loaf se dan la mano en esta seudobalada disco de potentísimo estribillo y saxo de Clarence Clemons, de la E-Street Band. Ella no se iba a conformar con menos.

7. 'SCHEIßE'. El polilingüismo es más vehicular que anecdótico en esta mezcla de techno industrial con estribillo eurotrash. La canción por la que Mónica Naranjo mataría.

8. 'BLOODY MARY'. El pizzicato inicial es un alivio después de una primera mitad sin un milisegundo de silencio. La bonita melodía y el estupendo coro robótico (ha vuelto a encontrar la manera de que la palabra Gaga no pueda irse de tu cabeza) luchan contra una letra que, en sus propias palabras, "trata sobre María siendo divina y humana al mismo tiempo. Tuvo que ser una superestrella, pero también tuvo que llorar". El estribillo es más críptico: "Bailaré con las manos sobre la cabeza, como dijo Jesucristo". Pues eso, a encontrar el versículo.

9. 'BAD KIDS'. Su inicio recuerda al discurso de Chuck Roberts utilizado por Mr Fingers para su clásico house Can you feel it?, pasado por un filtro heavy metal. A pesar del título del álbum, Gaga no cree en la maldad congénita. Los chicos malos lo son porque "papá y mamá los hicieron así". Una especie de himno a la libertad de ser rebelde siempre que se tenga "un corazón puro". Lo mejor: su modesto pero brillante estribillo.

10. 'HIGHWAY UNICORN (ROAD TO LOVE)'. Épica setentera. Comienza como una remezcla y acaba como un collage de secciones que luchan por elevarse más que las anteriores. Más arriba no se puede.

11. 'HEAVY METAL LOVER'. La intensidad baja progresivamente a partir de este bombazo electro-pop sin vuelta de hoja. Uno de los pocos momentos que podrían estar en un álbum de cualquiera de las otras superdivas contemporáneas.

12. 'ELECTRIC CHAPEL'. Más guitarras setenteras aplicadas esta vez a una base trance. Que esta apreciable melodía ocupe un lugar casi siempre reservado para una canción de relleno -y ella ha dado ya bastantes ejemplos en sus discos- da idea del elevado nivel medio del álbum.

13. 'YOU AND I'. Un piano con aire honky-tonk recuerda inmediatamente a Elton John. Sonrojantes esas percusiones y coros a lo We will rock you. ¿Qué pensaría el mundo si Christina Aguilera hubiese grabado esto?

14. 'THE EDGE OF GLORY'. El colofón: un fabuloso número estilo Cher. Ese minuto de interludio de saxofón sobre sintetizadores a lo Moroder, por arriesgado y estéticamente emocionante, merece el título de hallazgo de producción de un álbum que triunfa yendo al límite. Un paso adelante cada vez más cerca del precipicio. crítica de pop

<b>La penúltima transformación de la cantante neoyorquina.</b>
La penúltima transformación de la cantante neoyorquina.MARIANO VIVANCO
<b>Portada del disco de Lady Gaga</b>
Portada del disco de Lady Gaga

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