El quirófano del Bellas Artes
El museo bilbaíno restaurará ocho obras dentro del programa Zaindu - La pinacoteca dispone de 60.000 euros para las reparaciones
La sala de restauraciones del Museo Bellas Artes de Bilbao se asemeja al quirófano de un hospital. Jeringuillas, pequeños frascos de agua destilada, bisturíes, pigmentos, microscopios y, por supuesto, pinceles, se concentran en el mismo espacio, donde cuatro empleados intervienen minuciosamente sobre las obras para dejarlas impolutas.
Desde ayer, este recinto dispone de ocho nuevos pacientes. Y es que la pinacoteca presentó el programa Zaindu-El Museo Restaura, que dedica anualmente 60.000 euros financiados por El Corte Inglés a la restauración de parte de su colección. También se profundiza en la historia de cada obra para conocer cómo ha llegado al Bellas Artes.
El primero de los pacientes es el cuadro Las mujeres del mar, de Gustavo de Maeztu, que tiene deficiencias estructurales en el bastidor, abolsamientos y deformaciones en el lienzo y retoques no originales aplicados en anteriores restauraciones. El óleo, pintado por el artista vitoriano en 1916, se hallaba "en bastante mal estado", apuntó el director de Restauración del museo, José Luis Merino.
Entre los cuadros analizados, hay pinturas de Ucelay o Gustavo de Maeztu
Se profundizará en la historia de cada obra para conocer su procedencia
Los trabajadores deberán operar también a dos obras del pintor bermeotarra José Maria de Ucelay, Urrutia y Aranoa y Hemingway y Duñabeitia, que presentan un cuadro clínico con deformaciones en los soportes, pequeñas perforaciones de montajes anteriores, problemas de adherencia entre materiales y ligera tonalidad grisácea por contaminación ambiental.
La escultura de madera policromada Cepa 2, del bilbaíno Vicente Larrea, tiene hongos por haber estado expuesta a lugares húmedos, retoques, pérdidas que dejan a la vista la madera y depósitos de algunas sustancias sin identificar.
A primera vista, resulta complicado apreciar la enfermedad de los dibujos de Carlos Sáenz de Tejada, Milicianos en Extremadura y Aldea vasca. Sin embargo, presentan cierto amarilleo. El primero de ellos, además, tiene desgarros en el costado derecho sobre los que los trabajadores del museo tendrán que intervenir.
La Virgen del muro, de Alberto Durero, es una de las obras en mejor estado. Pero deberá pasar por el quirófano, ya que tiene dos manchas en las esquinas superiores que corresponden a los restos de un pegamento. Igualmente, las dos caras están sucias y muestra síntomas de oxidación.
Quizá la obra sobre la que más habrá que trabajar será Sansón y Dalila, un cuadro que nunca se ha expuesto en la pinacoteca y que se hallaba hibernando en el fondo oculto del museo. Esta situación ha provocado, entre otras cosas, que se haya perdido parte del marco. El museo considera que la restauración de esta obra sacará a la luz una brillante obra que ha estado escondida. Los empleados del quirófano del Bellas Artes se encargarán de recuperarla.
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