Mirada periférica

No sale en muchas fotos, pero no es porque se esconda. Bien al contrario, Jaume Pla, Mazoni al frente de su proyecto, es un perseverante activista que ha ido moldeando un cancionero que, presidido por su peculiar voz nasal, bascula entre el pop y el rock ajeno a toda épica. Es así un pop-rock de corte clásico, melodías directas y una tensión de guitarras que inclinan su propuesta hacia el rock. Su proyecto parece ajeno a los estándares actuales de la escena catalana, aportando un punto de vista que podría considerarse periférico. El Palau acogió a un Pla que pareció ajeno a la inapropiada oficialidad del recinto. Sobre un escenario donde brillaron sus piezas a piano, excelentes Perduts en la boira y El dubte, Jaume ajustó con naturalidad incluso su cancionero más eléctrico, que concentrado en el tramo final de la actuación fue recibido por el público con una algarabía que hace pensar en que la próxima ola vendrá cargada de decibelios.

El atractivo de Pla es que se defendió igual en ese tramo como en canciones de tacto suave como Se'm moren les plantes o aquellas en las que la reiteración se erige en el motor, tales como El riu y su acercamiento a Dylan en La granja de la Paula. Mazoni aportó ese aire de sensatez que traslucen los temas de su carrera. El sentido común y la ausencia de aspaviento son, junto al clasicismo de sus formas, parte de los argumentos que hacen de Mazoni un artista singular.