Imputados y tránsfugas resisten el examen de las elecciones

Nidia Arévalo, la alcaldesa tránsfuga que en diciembre de 2008 se puso al frente del Ayuntamiento de Mos tras una moción de censura contra la socialista María José Escudero, volverá a regir el municipio pontevedrés tras los comicios del domingo. Lo hará con la mayoría absoluta de sus diez concejales, dos más de los que consiguió en las elecciones locales de 2007. A la vista de los resultados del PP de Mos, los candidatos tránsfugas no solo no son castigados en las urnas sino que además salen reforzados.

La victoria de Arévalo no es el único ejemplo de como candidatos tránsfugas refrendan con votos lo conseguido en moción de censura. El mismo patrón se repite en el resto de Ayuntamientos con tránsfugas entre sus candidatos. Los comicios que trajeron de vuelta a José Antonio Santiso Miramontes al PP, que en 2009 arrebató el poder a Juan José Rocha en Abegondo, resultaron mucho más beneficiosos para el primero que para el segundo: el PP aumenta un concejal mientras que el partido independiente de Rocha pierde tres de sus cuatro representantes. En el municipio ourensano de A Porqueira, la ex socialista Susana Vázquez obtiene con seis concejales la mayoría que no tenía cuando en 2004 se pasó al PP, lo que la convirtió en la primera tránsfuga de España. En Gondomar y Silleda, donde el PP presentó candidatos distintos a los aúpados tras sendas mociones, los populares mantienen sus concejales. Dolores Castro, alcaldesa de Folgoso por obra y gracia de una moción de censura, gana un concejal para el PP.

El PP obtiene cuatro concejales más en Arzúa a pesar del 'caso Cascón'

También otras mociones de censura, aun sin tránsfugas, han obtenido el aval de los electores. En O Porriño, el popular Nelson Santos obtiene la mayoría absoluta a pesar de que su llegada a la alcadía en febrero de 2010 fue posible tras una moción contra el nacionalista Raúl Francés. De los cuatro concejales de 2007 (cuando concurrió como independiente), Santos pasa a 10, mientras que el BNG se mantiene.

Tampoco los casos de presunta corrupción pasan factura. El alcalde de Cee, Ramón Vigo, imputado por la trama corrupta de la Costa da Morte, incluso gana representación, pasando de tres a cinco concejales. Los que sí resultan castigados son sus socios de gobierno, los socialistas, que se quedan con un único concejal de los cuatro que tenían. Los otros implicados en el caso Orquesta, José Manuel Traba, alcalde de Fisterra, y José Manuel Santos Maneiro, pierden uno y dos concejales pero consiguen la mayoría.

El intento de soborno por parte del candidato del PP en Arzúa, Armando Cascón, al alcalde nacionalista Xaquín García Couso, tampoco tuvo consecuencias en las urnas. Cascón consiguió para su partido cuatro concejales más que en 2007 y el BNG perdió uno de los siete que tenía y la mayoría absoluta. Ganan representación Félix Porto, alcalde del PSOE en Muxía, a pesar de su imputación por malversación de caudales públicos y fraude en subvenciones; el socialista Juan Manuel Rey, regidor de Caldas de Reis, acusado por no ejecutar el derribo de un edificio ilegal, o el popular Jesús Vázquez, alcalde de Baiona, imputado por prevaricación. Alfonso Fuente, al frente del Ayuntamiento de Barreiros e imputado por conceder licencias para viviendas sin informes; el popular Manuel Taboada, de O Pino, imputado por dar luz verde a un polígono parado por la Xunta -pendiente de recurso- y Juan José Díaz Valiño, acusado de trato de favor al adjudicar obras en Castro de Rei, mantienen representación.

Por su parte, los alcaldes de Beade y Ramirás (Ourense) y Covelo (Pontevedra), que gobiernan desde antes de que se aprobase la Constitución, repiten mayoría.