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Reportaje:EN SINGULAR

Arcadio Silvosa, el periodista que saltó la barrera

De jefe de informativos en la SER pasó a la lista del PP de Lugo

Fue la mayor sorpresa de estas elecciones en la ciudad. Nadie, ni él mismo, se lo esperaba. Hacía tres meses que se lo había propuesto Jaime Castiñeira, el candidato a alcalde de Lugo por el PP, y se había negado. "A lo mejor más adelante, puede que para las próximas municipales", le contestó entonces al amigo político. Pero una semana antes de hacerse pública la lista del partido, un jueves, Castiñeira volvió a rondarle y a él se le escapó el sí.

La vida da muchas vueltas, y la de Arcadio Silvosa (San Xián de Mos, Castro de Rei, 1958) ya nunca podrá volver a ser la misma. Quién le iba a decir al hasta abril jefe de informativos de la SER en Lugo, corresponsal de Efe y de EL PAÍS, que un mes después iba a prestarse a una de esas extrañas cosas que los políticos solo perpetran en campaña. Posar al pie de la muralla, ataviado de romano junto a sus compañeros de candidatura popular. La foto apareció publicada en El Progreso, el mismo diario que de niño llegaba a su casa una jornada más tarde y le hizo querer ser periodista. "No me dio vergüenza vestirme de patricio", asegura. "En la última edición del Arde Lucus fui de castrexo, y en la que viene puede que repita de romano".

Ya no madruga, pero es un tipo disciplinado que corre 16 kilómetros
"Se te rompen los estereotipos: creía que el partido manejaba pasta"

Silvosa dice que le "preocupan los clichés", tan persistentes, que mucha gente cuelga a los periodistas según el medio en el que trabajen. Él era jefe en la SER desde 1986 y, asegura, nunca echó a la urna una papeleta del PSOE. En cambio, algunas veces había votado al PP, y reconoce que "también a otros partidos". Pese a esto, su fama era otra bien distinta, y quizás por ello percibió "mayor comprensión" entre las filas del BNG que entre las del PSOE cuando al fin salió a la luz la noticia, en un estrepitoso titular a cinco columnas, de su salto al otro lado de la barrera, que él más bien define como un "salto al vacío".

Cuenta que tuvo un abuelo del que no recuerda el nombre que fue alcalde de Castro de Rei. La política, en cierto modo, podría correr por sus venas. Y ahora admite que siempre albergó el proyecto de dedicarse a "la vida pública", aunque no esperaba que la oportunidad surgiese "tan pronto". La oportunidad y el desencanto que últimamente sentía al contemplar una ciudad de Lugo que podía ser mejor: "Si se utilizasen mejor los recursos, podría haber menos paro. Y también podría haberse gestionado mejor la Muralla; aprovechar ese potencial, reconocido por la Unesco; crear un patronato". Pero además, como profesional bien posicionado y con muchos, importantes, contactos, había conocido la cara menos amable del poder. "La política está mal... y el periodismo está jodido", zanja sin querer entrar en detalles.

Ahora se presenta como independiente por el Partido Popular, quinto en la candidatura, y aunque los primeros días, en una ciudad donde tanta gente lo conoce, fueron difíciles, sigue teniendo "muchos amigos socialistas y nacionalistas" y cada vez está más satisfecho de la decisión tomada. "He hecho propuestas, y estoy orgulloso de haber podido participar en la elaboración del programa del PP", comenta.

El último informativo lo presentó un día antes de estallar la noticia bomba. Le parecía poco ético seguir trabajando en esto y después salir a la calle pidiendo el voto para el PP. Ese miércoles también telefoneó a aquellos amigos que no quería que se enterasen por la prensa. No todo el mundo lo aceptó, pero entre los compañeros de oficio le organizaron varios calurosos homenajes. Como si marchase para siempre. Él, de momento, está en excedencia, casado, con un hijo de 22 años y "sin cobrar de ningún lado", pero comprende que volver a ejercer su profesión podría resultar complicado, y la verdad es que no añora los micros. "Lo que me da pena es haberme ido sin despedirme de los oyentes, pero entonces todavía no podía decir nada", explica. "Me gustaría volver para hacerlo".

El único aparato de radio que había en su pueblo estaba en su casa. Esto, y el periódico que iban a leer allí todos los vecinos, prendió la fascinación en él. Si se hubiese dedicado en exclusiva, como era en tiempos su deseo, al periodismo deportivo, probablemente nada de esto que pasa ahora habría sucedido. Pero ya en su primer empleo, como corresponsal en Lugo de El Ideal Gallego, además de los deportes tuvo que cubrir los sucesos, y desde entonces siempre le tocó hacer de todo.

Con muchas campañas electorales a sus espaldas, creía que lo sabía todo acerca de la maquinaria de los partidos y se llevó algunas sorpresas. "Se te rompen los estereotipos", cuenta, "pensaba que el PP manejaba mucha pasta, pero aquí se mira hasta el último céntimo". "Y se trabaja mucho", aunque desde que dejó la radio no tiene que madrugar tanto. Pero sigue siendo un tipo disciplinado, que corre entre 10 y 16 kilómetros diarios por el paseo del río Rato. Un hijo único que ha asumido personalmente el cuidado de su madre anciana.

Silvosa, durante su entrenamiento diario en el paseo do Rato.
Silvosa, durante su entrenamiento diario en el paseo do Rato.X. MARRA

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