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Un lienzo con historia azarosa y final feliz

La exposición Ecos de Van Dyck gira sobre el lienzo La Virgen con el Niño y los pecadores arrepentidos. Tras ser identificado décadas atrás por Matías Díaz Padrón, fue recientemente descubierto en los almacenes de la Academia de San Fernando.

El cuadro, pintado en Italia con soberbia hechura, expresa sentimientos como la arrobada devoción o la contricción profunda, que ningún pintor supo reflejar con pincelada tan sublime como Van Dyck. Fue adquirido en Nápoles por el Señor de Medina de las Torres, que lo regaló a Felipe IV, quien dispuso ubicar la tela en la antesacristía del monasterio de El Escorial.

Allí se exhibió durante dos siglos hasta que la batahola consecutiva al expolio napoleónico, en 1809, propició su extravío. Vino a dar luego a la Academia de San Fernando, donde quedó almacenada como propia del taller de Rubens hasta su reciente rescate y feliz restauración.

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