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Seísmo mortal en Murcia

Miércoles, siete de la tarde: "Jesús, esto es serio"

Nada de protocolos y comunicaciones formales entre administraciones. El éxito de coordinación entre el Gobierno central y murciano en la gestión de la catástrofe tiene mucho que ver con las relaciones personales los personajes más implicados en el montaje del dispositivo de ayuda humanitaria. Los contactos previos entre el personal de la dirección general de Emergencias, dependiente del ejecutivo regional, y los mandos de la Unidad Militar de Emergencia, fraguados durante varios simulacros de catástrofes, permitieron acelerar las labores de asistencia. Solo 36 horas después del temblor se montaron camas para 4.000 personas. Ese éxito se debió, en gran parte, a la amistad de dos personas.

Inmediatamente después del segundo temblor, el que provocó la mayoría de los daños en la ciudad, el subdirector de Emergencias de Murcia, Diego del Rey, se puso en contacto con el teniente coronel Jesús Serrano del Río, el que posteriormente se convertiría en el coordinador militar de la catástrofe. "Esto es serio, Jesús", le dijo al teléfono. Esa llamada, recibida hacia las siete de la tarde, permitió al mando militar, que en ese momento tomaba unas cervezas con unos amigos, poner de inmediato en alerta a sus hombres. La comunicación formal del Gobierno murciano reclamando la intervención de la UME llegó a las 19.45. Gracias a esa comunicación informal los efectivos partieron hacia Lorca sólo 15 minutos después y comenzaban a desplegarse por la ciudad, aún conmocionada, sobre las 0.20 del jueves, es decir, apenas cuatro horas y 35 minutos después de recibir el aviso oficial.

La relación de Serrano del Río y Diego del Rey se gestó en dos simulacros de catástrofe organizados por la UME y Emergencias y en el que pudieron ensayar lo que el pasado miércoles sucedió en la vida real. El primero de ellos, un ensayo, precisamente, de catástrofe sísmica, se celebró en Santomera (Murcia) en febrero de 2010. El segundo, la simulación de un gran incendio forestal, se organizó en los primeros meses de este año en Águilas. "Gracias a esos dos encuentros nos conocimos muy bien. Entre ambas organizaciones se crearon lazos amistosos que se han mantenido desde entonces", explica el teniente coronel Serrano del Río. El militar explica que, con esos simulacros, sus hombres adquirieron "potentes referencias" que a lo largo de esta semana han puesto en práctica en Lorca. "La primera es el campamento de damnificados, que ya ensayamos en Águilas. Pero también la comunicación con los bomberos, con los técnicos de Emergencias, con Protección Civil, con la Cruz Roja... Todo eso nos ha permitido actuar a todos con una gran velocidad, lo que ha sido clave para el éxito de la intervención".

Serrano del Río subraya que es la primera vez que la UME se enfrenta a un terremoto en territorio nacional. Pero eso no quiere decir que los efectivos a su cargo no tengan experiencia en la gestión de este tipo de catástrofes. En enero de 2010 la unidad ya participó en las tareas de rescate, reconstrucción y ayuda humanitaria en el terremoto que asoló Haití.

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