Guerra en la oficina de Correos

Julio es un peón temporero contratado por el Ayuntamiento de Folgoso do Courel. Por razones de trabajo solicitó esta semana la documentación para votar por correo. El lunes acudió a la oficina de correos de este pequeño municipio, incrustado en la montaña de la provincia de Lugo. Allí se encontró con la hermana de Lola Castro, que encabeza la lista del PP para la reelección, quien, según el PSOE, está coaccionando a todos aquellos que acuden a interesarse por esta modalidad de sufragio. Los populares sostienen que solo vigila que el PSOE "no robe votos".

Julio, operario municipal, dice haber vivido lo que denuncian los socialistas en sus propias carnes. "Al pasar a recoger la documentación por la oficina me encontré con la hermana de la alcaldesa y otros dos señores más que vigilaban lo que hacía", relata. Cuenta que le llegaron a recriminar que no estuviera trabajando. Poco después, según su versión, la hermana de la alcaldesa se ofreció a subirlo al lugar donde trabaja, muy cerca del ayuntamiento limítrofe de Pedrafita do Cebreiro.

La candidata conservadora admite que tiene "vigilantes" en la sucursal

"Me sentí presionado. Me querían llevar como si con ello me quisieran raptar el voto por correo", recuerda indignado. Aunque puntualiza que no se le preguntó por lo que iba a votar sí que se queja de la insistencia de la hermana de la alcaldesa interesándose sobre lo que hacía allí en horario laboral. Julio confiesa que tiene miedo por su trabajo. Al fin y al cabo, es un peón temporero que en cualquier momento puede ser despedido. "Estoy nervioso. Me siento un poco deprimido", asevera.

Al candidato socialista no le sorprende esta experiencia. "No es nada nuevo. El PP siempre lo hizo así en O Courel, lo de acarrear y amedrentar a la gente", zanja José Fontal. El candidato socialista acusa incluso al PP de buscar el voto "de gente de dudosa capacidad, de gente mayor". Fontal apunta el caso de una mujer que ni siquiera "reconoce a su familia" y a la que se le requirió el respaldo a la lista popular.

Lola Castro es candidata del PP a la reelección tras arrebatar la alcaldía al socialista José Fontal, a través de una moción de censura que suscribió con los concejales del PP y un tránsfuga del PSOE, Manuel Bouza. Las elecciones, lejos de restañar esta herida, han soliviantado a los dos candidatos, a Fontal por el PSOE y a Castro por el PP. La popular niega rotundamente que haya acompañado a algún vecino a votar. "Y menos a una persona enferma", apostilló en declaraciones a EL PAÍS. Ahora estudia presentar una denuncia por injurias en los juzgados, ya que, a su juicio, hacerlo ante la Junta Electoral no sería efectivo.

Castro reconoce que personas de su partido "están vigilando" a diario la oficina de Correos para evitar que los socialistas "roben votos, como hicieron hace cuatro años". Asegura que el exalcalde le acusa ahora de "lo que hicieron ellos" y añade que personas cercanas a Fontal también merodean la zona para coaccionar a los votantes del PP.

La popular devuelve la pelota lanzada por su rival con otro supuesto caso de manipulación de la voluntad de un elector. Se trata de un hombre mayor, al que miembros del PSOE habrían emborrachado para convencerlo de que fuese con ellos a Correos a entregar su papeleta. Según el relato de la regidora, los socialistas fueron a casa del anciano para acompañarlo a hacer unas gestiones, y cuando salió de su domicilio estaba en un estado de embriaguez avanzado, por lo que una sobrina suya fue a recogerlo y acudió a un médico, que le tuvo que inyectar suero.