La meca isleña de la animación

A Javier León el camino de la tradición familiar la iba a llevar casi directo a los astilleros. Por eso estudió ingeniería técnica naval. Pero en la bifurcación de la vida optó por otra vereda. La de la informática creativa, la de la animación para películas y publicidad. Pocos saben que desde su ciudad natal, San Fernando (Cádiz), ha construido parte de la biblioteca de Alejandría de Ágora, de Alejandro Amenábar, o que ha recreado virtualmente a Dani Pedrosa para un anuncio. Su ciudad ha presumido ahora de su talento. Lo ha hecho en el marco del primer Festival Iberoamericano de Cortos, que también ha homenajeado a otro talento local, el fallecido Gabriel Blanco, que llegó a ganar una Concha de Oro en el Festival de San Sebastián por uno de sus cortos de animación.

Javier León ha construido en su ciudad parte del decorado de 'Ágora'

La alcaldía se ha comprometido a rotular una calle con su nombre

"La buena animación es la vertiente más difícil y pura del cine. Lo que algunos llaman el octavo arte. Pero, aunque pide conocimientos y técnicas adicionales, no es esencialmente distinta al cine de imagen real". La frase es de Gabriel Blanco. Nació en San Fernando es 1936. Estudió Arquitectura pero su gran pasión fue siempre el cine. De ahí salieron varios destacados cortometrajes, como La edad de piedra o La edad del silencio, que ganó el premio más importante de San Sebastián.

Pocos le conocen en su municipio natal, así que la primera edición del Festival Iberoamericano Un mar de cortos, organizado por el Ayuntamiento de San Fernando, ha servido para rendirle homenaje e incentivar su recuerdo. Su familia y el catedrático Rafael Utrera aportaron documentación sobre el cineasta y la propia Concha de Oro del director. El gobierno local se ha comprometido a promover la rotulación de una calle con su nombre.

Blanco murió en 1991 cuando Javier León acababa de cumplir 18 años. León es ya una nueva generación de creadores pero su trayectoria comienza a ser también apasionante. Se formó en la ingeniería naval, como han hecho otros animadores, y fueron esos primeros trabajos de simuladores para cursos de inglés y soldadura los que le abrieron las puertas a trabajar en empresas de videojuegos y publicidad. Ha trabajado para destacadas compañías de Reino Unido y ha creado sus propios negocios UnshinyPictures o VandoProduction.

Ahora se mueve a camino entre varias ciudades pero su oficina y su casa la tiene en San Fernando. Y ahí ha encontrado fuente de inspiración. Por ejemplo para el importante encargo de la reconstrucción de la biblioteca de Alejandría para la película Ágora de Amenábar. "Hacía falta para extender el techo de la biblioteca porque había partes que no se podían construir en la realidad. Los tejados están generados por ordenador. Faltaba un mosaico típico de arquitectura egipcia para completarlo. Le estuve dando varias vueltas y un día paseando por el parque Almirante Laulhé de mi ciudad vi uno que me podía servir, le hice fotos y encajó". Es el toque isleño de la superproducción, aunque se apresura a restar trascendencia a la anécdota. "Todo en Ágora está basado en una exhaustiva documentación pero, a veces, tienes que partir de cosas físicas y cercanas para trabajar".

León ha trabajado también para otras películas como Carlitos o Camino, donde se encargó del ratón que acompaña a la niña protagonista, entre otras tareas. En trabajos publicitarios ha llenado de vida a personajes reales ausentes, como ocurrió con Dani Pedrosa, al que recreó por ordenador para cubrir varios segundos de un anuncio a cuyo rodaje el motociclista no pudo acudir por un accidente. Sueña con muchos grandes proyectos, con consolidar su empresa, con conseguir contratos directos. Y puede soñar desde su ciudad, donde, ya sí, se reconoce a sus talentos más animados.