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Elecciones municipales
Columna
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El 22-M y el año de la cabra

1979 fue el año de la cabra en el horóscopo chino. No deja de tener gracia que un partido político que llegó a pensar que podía ganar unas elecciones colocando a una cabra de cartel electoral, los únicos comicios que ha perdido en 34 años en Andalucía fueron precisamente los del año de la cabra. En aquella ocasión, la UCD, por 1,8 puntos, obtuvo más sufragios que el PSOE en el cómputo global de las primeras elecciones democráticas en los ayuntamientos andaluces.

Aquello duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks, que diría Sabina. Desde entonces, los andaluces han sido llamados en 31 ocasiones a las urnas para elegir a sus representantes, con un pleno de aciertos para el PSOE. 31 victorias de 31 posibles: diez generales, ocho autonómicas, siete municipales y seis europeas. En términos estadísticos, aquí no vale el ejemplo del pollo comido por completo por uno de los integrantes de la pareja, y que otorga medio pollo a cada uno. En Andalucía, en 34 años, los socialistas se han comido el pollo, las patatas, el postre y el café. Estadísticamente hablando.

La ocasión en la que estuvo más cerca el PP de trinchar el pollo fue en el año 1995. En esos comicios, los populares lograron arrebatarles a los socialistas el primer sillón de la mesa en las capitales de provincia, pero se quedaron a las puertas de alcanzar el cuchillo y el tenedor para festejar el almuerzo en los pueblos del interior. El PSOE mantuvo, en términos globales, una distancia de 2,8 puntos sobre el PP. Según el horóscopo chino, 1995 fue el año del cerdo. De este animal prefiero no realizar ningún chiste fácil relacionado con las elecciones. La astrología china tiene más de 5.000 años de antigüedad y se basa en un calendario lunar con cinco elementos: el metal, la madera, el agua, la tierra y el fuego. Precisamente a fuego lento tiene clavado el PSOE los resultados electorales de 1995, ya que desde aquella fecha no ha levantado cabeza en unas municipales.

2011 es el año de la liebre en el horóscopo chino. Este animal sí permite hacer un chiste fácil, ya que las elecciones se le presentan al PSOE como para salir corriendo. Lo dicen las encuestas y lo dice, sobre todo, la crisis económica, cuyos efectos suelen ser demoledores para el partido en el Gobierno. Los socialistas están tan convencidos de que el asunto pinta mal, que han decidido colocarse como horizonte del batacazo los resultados obtenidos en 1995. Y ésta será la medida de todas las cosas. Por debajo de los datos de ese año, los comicios serás una catástrofe con resultados predecibles en las autonómicas. O sea, la más que probable pérdida del gobierno de la Junta. Por encima de ese horizonte, habrá posibilidades de mantener el poder, aunque sea en coalición.

El PSOE tiene un serio problema, ya que la suerte de su futuro en Andalucía está en unas elecciones municipales a las que desde hace años concurre sin convicción. Desde 1995 los socialistas no han hecho una apuesta contundente para alcanzar las alcaldías de las grandes ciudades andaluzas. Y sobre todo, para recuperar el voto de las clases medias y urbanas. Tampoco la hacen esta vez. Algunos de sus candidatos son, como pronto, dirigentes para 2015 y salen a la contienda con el propósito de mantener el estatus actual, que no es otro que el de sacar más apoyos que el PP en el cómputo total de votos en toda Andalucía. La dirección regional del PSOE acude a estas elecciones mirando más a las autonómicas de 2012 que a las municipales de ahora.

Hace unos días le oí a un dirigente del PSOE una frase muy gráfica. "Desde hace meses, cuando nos levantamos, tenemos días malos y días peores, pero no hay ni uno bueno". El resultado de las próximas elecciones se podría resumir con una frase muy similar. Pueden ser malos, como los de 1995, o peores, pero difícilmente serán buenos.

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