Interactividad
Imagino que a estas alturas, muchos responsables de prensa lamentan haber convencido a sus jefes de la importancia de estar en las redes sociales. Las anteriores campañas fueron las de los blogs. Crónicas amables de las correrías electorales, a base de descripciones del calor con que eran recibidos los políticos y del fervor que despertaban sus propuestas. Muchos ni siquiera admitían comentarios. Lo malo de las redes sociales es que son interactivas. Y el candidato que, en ocasiones ni siquiera se dejaba ver por los periodistas que seguían su campaña -de dejarse hacer preguntas ya ni hablamos-, ahora se puede ver interpelado por gente anónima que ni conoce, ni ganas.
@corina_porro: "Haremos que Vigo sea una ciudad atractiva para vivir, disfrutar y trabajar". "¿Una ciudad atractiva para vivir? Pero si usted ni siquiera vive en Vigo, cuanta hipocresía!", le retruca @chupete456. Entre los microrrelatos del mitin del PP coruñés que hacía @carlosnegreira aparecen críticas: "Ausencia de Gallardón, agresiones en el mitin del PP a los fotógrafos. ¿Quieres que gobierne @carlosnegreira)", denuncia @xsgcoruna. Las hay menos agresivas: "Los creativos publicitarios en el caso de @rubencela vieron esto..." (una semejanza del candidato nacionalista con Shrek) "¡Gracias! ¡Siempre me gustó Shrek! Un tío entrañable, cuanto más se conoce más gusta. Verde por fuera y corazón rojo", le contesta @rubencela.
Los que peor lo tienen son los alcaldes. @X_S_Bugallo intercambia media docena de tuits con un vecino por una licencia. Son excepciones. Ayer los cabezas de lista de las ciudades apenas habían interaccionado, salvo @corina_porro y @carlosnegreira para felicitarse mutuamente, y su correligionario de Lugo, @jaimecastiñeiras que discutía con tuiteros que le daban la razón. @franciscoou y @IsabelPerezBNG coincidían en calificar de marcianadas las intervenciones de su rival en Ourense, @rosendoalcalde. O sea, la campaña virtual es igual que la real.
@sihomesi
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