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Reportaje:

Reivindicación románica

Aficionados al arte se unen para alertar del deterioro de iglesias de hace 800 años

Es casi un lugar común que Galicia es una de las capitales internacionales del románico, por la indiscutible relevancia de la catedral de Santiago y del Pórtico de la Gloria. En cambio, es menos conocido que, junto al templo compostelano, perviven esparcidos por el territorio gallego unos 800 edificios de este estilo, algunos de ellos en franco deterioro. Para reivindicar y difundir ese patrimonio se juntaron hace un año un grupo de apasionados del primer movimiento artístico paneuropeo, que fundaron la asociación O Sorriso de Daniel.

Su secretaria, Carme Varela, explica que la entidad nació con el triple objetivo de facilitar las visitas a las construcciones más inaccesibles, de aunar en un solo sitio web la ingente información sobre ellas que ahora se encuentra fragmentada y de reclamar a las Administraciones un mayor compromiso para su protección y su revalorización como elemento dinamizador. Unas 40 personas, incluidos historiadores del arte, amas de casa y hosteleros, conforman el colectivo, que toma su nombre de la famosa expresión facial del profeta Daniel esculpido por el Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria.

Muchos templos están casi siempre cerrados y sin señalizar
El colectivo O Sorriso de Daniel hará inventario de los más dañados

Al margen de los grandes edificios, la mayoría del románico gallego se ubica en zonas rurales que sufren una constante despoblación. Muchas de las iglesias han perdido sus usos y permanecen siempre cerradas, o solo abren cuando se celebran los cultos. Rara vez están señalizadas, de modo que entrar en estos templos se convierte "casi en un juego, en una sucesión de pruebas", desde conseguir las llaves hasta encontrar el templo.

Para mitigar esta situación, O Sorriso de Daniel ha organizado varias jornadas de visitas, como en la comarca de Ulloa, en la que durante dos días sus miembros abrieron todas las iglesias y ejercieron de guías. Comentaron las características constructivas de los edificios o el significado iconográfico de los capiteles esculpidos a los visitantes ex professo, pero también a la gente de la zona, que "ha perdido los referentes" y desconoce, por ejemplo, qué significa un determinado relieve sobre una historia bíblica.

Junto a esta labor de divulgación, que se complementará con el sitio web, ahora en fase de construcción, la asociación tiene un marcado carácter reivindicativo. Así, denuncian la pasividad de las Administraciones ante el "grave deterioro" de una parte de este patrimonio, levantado hace unos 800 años, ya que la mayoría del románico gallego se construyó en el siglo XII.

De hecho, una sección de su web se llamará De-Ambulatorio -un juego de palabras en alusión al característico corredor que rodea la cabecera de muchas iglesias románicas-, y en ella se hará un inventario de las obras en peor estado. Es el caso de las pinturas casi perdidas de San Andrés das Nogais o el monasterio de San Paio de Abeleda en Castro Caldelas, el único de la Ribeira Sacra que no está catalogado como Bien de Interés Cultural. Fue expoliado y actualmente carece hasta de techumbre.

El colectivo se ha dirigido a los grupos parlamentarios en la Cámara autonómica para exigir la elaboración de un plan de conservación y divulgación del patrimonio románico. La oposición, tanto el PSdeG como el BNG, recogió el guante y presentaron esta reclamación en el Debate del Estado de la Autonomía, pero el PPdeG la tumbó. Más allá del la confrontación política, Carme Varela pone como modelo a Castilla y León y la provincia de Zamora, otro de los focos en los que se desarrolló este estilo. Allí 300 iglesias permanecen abiertas al público, a través de fórmulas como la creación de unas tarjetas similares a las de un hotel, disponibles para quien quiera a cambio de dejar el DNI mientras dura la visita. Esta iniciativa ha permitido frenar un proceso de "despoblación brutal" similar al que vive la Galicia interior.

Esta contundencia a la hora de denunciar el "abandono" de parte de este inmenso patrimonio vira en titubeo cuando se le pregunta por la joya desconocida del románico gallego. "La iglesia del Hospital de O Incio, o San Pedro de Bembrive (en Vigo). Pero dentro de dos minutos puedo decir otro", responde, y añade que en la comunidad perviven diez o doce edificios que "no tienen nada que envidiar" a ninguna de los cientos de construcciones que se erigieron en Europa entre los siglos XI y XII.

Precisamente, la difusión del románico por el continente se debe en buena parte al auge de la ruta jacobea. Multitud de iglesias se construyeron en los bordes del camino a Compostela por artífices que se iban desplazando al acabar las obras. Eso explica la gran unidad estilística, también en Galicia, donde la única peculiaridad es el tipo de piedra, el granito, de mayor dureza, y que, por tanto, presenta una talla menos pulida. Cerca de 800 años después, muchos de esos edificios conservan su solidez original. Otros caminan hacia un inexorable deterioro.

Iglesia de San Pedro de Bembrive, en Vigo, una de las joyas desconocidas del románico gallego.
Iglesia de San Pedro de Bembrive, en Vigo, una de las joyas desconocidas del románico gallego.

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