N+1 quiere multiplicarse por dos
El grupo financiero aspira a facturar 100 millones en un plazo de cuatro años
El pasado para explicar el futuro. Una vieja pizarra comprada hace muchos años en medio de unas duras negociaciones con un correoso socio japonés sirve a Santiago Eguidazu, presidente de
N+1, para trazar los planes a medio y largo plazo del grupo financiero. Y se trata de unos objetivos muy ambiciosos teniendo en cuenta el todavía frágil contexto económico. "La apuesta es crear una entidad que doble su tamaño y rentabilidad en los próximos cuatro años. Nuestra facturación actual es de 50 millones de euros y aspiramos a llegar a los 100 millones al final de este periodo".
La crisis ha supuesto para N+1 una especie de "refundación". Las turbulencias financieras que surgieron tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008 llevaron a sus socios a replantearse los negocios del grupo y ajustar el tamaño de este al nuevo entorno. La primera decisión fue cerrar las actividades poco viables que habían nacido en la época de bonanza económica. "Se finiquitaron varios fondos de hedge funds, fondos inmobiliarios y alguna operación de capital riesgo. En total, se devolvieron cerca de 400 millones a nuestros clientes", comenta Eguidazu.
Ha firmado con Banca Cívica para asesorarle en su salida a Bolsa
Soltado el lastre de los activos alternativos más ilíquidos, el grupo se centró en sus negocios tradicionales, dando prioridad a la reestructuración y refinanciación de empresas. En los últimos tres años han colaborado en la refinanciación de 25 compañías por un valor próximo a los 20.000 millones. El tercer pilar de esta refundación es la internacionalización, sobre todo en Europa. "Siempre hemos tenido inquietudes internacionales, pero ahora estamos convencidos de que el futuro no pasa por ser local. Queremos construir un grupo europeo", señala el presidente.
Las dos principales divisiones de N+1 son asesoramiento financiero (banca de inversión) y gestión de activos. En la primera actividad la apuesta del grupo pasa por ofrecer un servicio paneuropeo especializado en medianas compañías. Dentro de esta estrategia se enmarca la adquisición, anunciada el pasado mes de febrero, de la división de banca de inversión de la firma británica Brewin Dolphin. "El Reino Unido es la principal plaza financiera de Europa. Con N+1
Brewin podremos ofrecer a nuestros clientes acceso al mercado de capitales en un mundo donde el crédito bancario será más restringido", comenta Patricia Pascual Ramsay, directora de estrategia del grupo.
El objetivo de N+1 es seguir creciendo fuera en el área de banca de inversión. Han cerrado el fichaje de un equipo en Milán y además está en conversaciones con socios franceses y alemanes que podrían concretarse antes de final de año para entrar en estos mercados. Asimismo han creado la sociedad de valores N+1 Equities, contratando al equipo de análisis de Cheuvreux en España.
El perfil internacional y la especialización en entidades de mediano tamaño encajan muy bien con el proceso de reestructuración que vive el sector de las cajas de ahorros. De hecho, han firmado un mandato con Banca Cívica para asesorarle en la salida a Bolsa. "La reforma de las cajas es un tema que interesa fuera. Cualquier cambio supone una oportunidad de negocio y hay muchos ojos atentos. Aquellas entidades que puedan demostrar sinergias, que enseñen bien sus balances y ofrezcan una gestión profesional y un gobierno corporativo europeo tendrán éxito", reflexiona Eguidazu.
Mientras la división de banca de inversión es más volátil, el área de gestión de activos permite a N+1 tener unos ingresos más estables. De hecho, los gastos totales recurrentes del grupo se cubren con la facturación por comisiones de gestión. En esta división se encuentran las actividades de capital riesgo, con dos fondos (Dinamia, es uno de ellos) que cuentan con participaciones en 15 compañías, activos brutos (capital más deuda) en torno a 3.500 millones y que han captado 700 millones de inversores.
Además, N+1 gestiona Eolia, empresa de energía que tiene cerca de 500 megavatios en operación. Otra de sus actividades en el área de gestión son los productos QMC, que invierten en empresas europeas, con una capitalización inferior a los 1.000 millones. Asimismo, la entidad desarrolla la actividad de activos inmobiliarios en renta a través de la compra de edificios de oficinas. Ahora opera en los mercados alemán e inglés, aunque en el futuro planea entrar en Italia y Francia.
Por último, la división de gestión también incluye el área de banca privada. Desde 2009, N+1 realiza esta actividad en asociación con el grupo financiero SYZ & CO. Esta alianza estratégica se materializó mediante la toma de un 50% del capital de la gestora de instituciones de inversión colectiva del grupo por parte de la entidad suiza. Además, en los últimos meses han incorporado para su negocio de banca privada a varios ejecutivos procedentes de Morgan Stanley, un movimiento que algunos han interpretado como el renacimiento de la antigua AB Asesores, de donde también procede Eguidazu. "Para nada. AB Asesores fue un modelo de éxito para su tiempo, pero no tiene nada que ver con la proyección de N+1", argumenta.
El proceso de internacionalización y otros gastos han supuesto una inversión de 20 millones, que se ha cubierto recurriendo a la cuenta de resultados (mermando la rentabilidad) y con una ampliación de capital a través de la cual Ricardo Portabella (Dinamia) se ha hecho con el 5%. -
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