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Miró para todos en Mont-roig

Acuerdo para convertir en museo la famosa y pintada masía del artista

"Mont-roig es para mí como una religión, es el lugar al que siempre vuelvo, allí pinto como un loco animales monstruosos y angélicos, árboles con orejas y ojos, payeses con barretina y fumando pipa". Joan Miró veraneó durante 65 años en una masía familiar en Mont-roig del Camp (Baix Camp). Fue allí, junto a los grandes ventanales de su taller, donde decidió dedicarse exclusivamente a la pintura, y su campo y sus gente inspiraron muchos de sus lienzos. Tras 25 años cerrada, su interior se conserva tal como el pintor lo dejó, con muebles, utensilios y hasta pinturas esparcidas por doquier.

En 2012 este entorno tan íntimo estará al alcance de todo el público: el inmueble, conocido como Masia Miró, abrirá convertido en un museo gracias al acuerdo que firmaron el viernes el Ayuntamiento de la localidad y Emili Fernández Miró y Joan Punyet Miró, los herederos del artista. En el convenio se pacta que la masía se alquilará al Consistorio, con el compromiso de crear una fundación que la rehabilite y convierta en una casa museo. En ella se expondrán obras originales del artista en exposiciones permanentes y temporales, y se realizarán programas educativos y actividades culturales para dar a conocer el enclave, de gran importancia en la obra de Miró. Además se abrirán una tienda de productos cultivados en la finca o en el municipio, una biblioteca, un centro de documentación y un restaurante con platos de la tierra."El corazón me late muy fuerte, Miró necesitaba este sitio para crear. Aquí absorbía la fuerza del cielo, la tierra y la piedra", explicó el viernes Emili Fernández, uno de los nietos del pintor, en una emotiva visita a las estancias. La masía consta de una torre, una capilla y un estudio. Está decorada de manera austera, y la habitación que más interés suscita es el taller. Allí aún hay esparcidos botes de pintura, pinceles y hasta dos bocetos en carboncillo inéditos que cuelgan en la pared. También fotografías y el característico sombrero que siempre acompañó a Miró.

Los atractivos de la casa los determinará un patronato integrado por familiares del artista, un comité de expertos y la Fundación Miró de Barcelona. En las cláusulas del contrato se establece un alquiler por 50 años, ya que es el plazo mínimo para los proyectos susceptibles de recibir la inversión del 1% del Gobierno.

Fuentes del Ayuntamiento explican que es una apuesta segura, puesto que en 2006 se catalogó la masía como Bien Cultural de Interés Nacional. A partir de 2012 el Consistorio pagará un alquiler de 3.000 euros mensuales, que se incrementarán hasta 10.000 en 2013, cuando el proyecto ya se encuentre en pleno rendimiento. Además, una cláusula establece la opción a compra por parte del Consistorio y en el alquiler no solo se incluye todo el mobiliario de la casa, sino también las 10 hectáreas de cultivo que la rodean.

El acuerdo se firma justo cuando se cumplen 100 años de la llegada de Miró al municipio. La Comisión del Centenario Miró Mont-roig 2011 destaca su importancia, ya que "mantendrá viva la imagen y la obra del artista". La inversión no solo representa una oportunidad económica para esta localidad turística de la Costa Daurada, sino que también cierra el triángulo Barcelona-Mallorca- Mont-roig. Estas tres ciudades conformaron el imaginario del pintor y en Mont-roig esperan colaborar activamente con las fundaciones de Miró que ya existen en ellas.

Una joven muestra una reproducción de <i>La masia,</i> de Miró, ante el escenario real de la pintura, que se convertirá en museo.
Una joven muestra una reproducción de La masia, de Miró, ante el escenario real de la pintura, que se convertirá en museo.JOSEP LLUÍS SELLART
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