Cruce de denuncias

Al final de la jornada, el Barcelona había denunciado ante la UEFA a José Mourinho por sus declaraciones tras la derrota del Madrid en la ida de las semifinales de la Champions (0-2); el club blanco había hecho lo mismo con los jugadores azulgrana, acusándoles de "inducir al error al árbitro"; y el organismo que rige el fútbol europeo, actuando de oficio, había abierto un expediente a ambos equipos y a Mourinho.

La junta directiva del FC Barcelona, reunida ayer en sesión extraordinaria, decidió denunciar al entrenador del Real Madrid ante el Comité de Control y Disciplina del organismo europeo. El club blanco reaccionó con un comunicado en su web. Defendió la "libertad de expresión" de su entrenador. Le manifestó su "total apoyo". Y, finalmente, denunció ante el mismo Comité de Control y Disciplina de la UEFA "la reiterada conducta antideportiva del F. C. Barcelona, cuyos jugadores simularon agresiones de forma persistente con el único fin de inducir a error al árbitro del encuentro, lo que degeneró en la decisión manifiestamente injusta de expulsar a nuestro jugador Pepe".

"La institución debe defender su prestigio y honorabilidad", dijeron desde el club catalán

Al Madrid le investiga la UEFA por la invasión del terreno de juego y las tarjetas rojas a Pepe y Mourinho y las declaraciones de este tras la finalización de partido. Al Barça se le preguntará por la expulsión del portero suplente Pinto tras una tangana en el descanso. No se espera ninguna resolución antes del viernes 6, día en que se reúne la comisión encargada de la UEFA, aunque con anterioridad se anunciarán las sanciones propias de Competición porque el partido de vuelta se juega el martes día 3 en el Camp Nou.

Ausentes Pepe, Pinto y Sergio Ramos -este por acumulación de amonestaciones- el Barça deberá buscar una ubicación para Mourinho, que el martes no podrá sentarse en el banquillo del Camp Nou.

El Barça considera que las declaraciones de Mourinho -"no sé si es la publicidad de la Unicef, no sé si es la amistad de Villar en la UEFA, no sé si es porque son muy simpáticos, pero ellos han conseguido este poder", fue una de sus acusaciones, además de cuestionar la conquista de la Champions de París-, contravienen el artículo 5, en los apartados B y D sobre las normas relativas a "lesionar la reputación del fútbol". "Es inaceptable que alguien se atreva a cuestionar nuestros títulos ni nuestra relación con la Unicef", aseveró en su comparecencia el portavoz del consejo barcelonista, Toni Freixa. "La institución se siente perjudicada y debe defender su historia, prestigio y honorabilidad". Y remachó: "Los límites no se habían superado hasta ayer [miércoles], y de ahí que se haya decidido actuar, como ya se procedió también por la vía judicial cuando un medio de comunicación [Cope] acusó a nuestros jugadores de dopaje. No queremos avivar el fuego sino rebajarlo".

El Madrid, por su parte, argumentó que "resulta sorprendente que este encadenamiento de conductas antideportivas y decisiones desafortunadas finalmente desemboque en la apertura de un expediente disciplinario a nuestro entrenador quien, más allá de opiniones vertidas en el ejercicio de su libertad de expresión, puso de manifiesto su rechazo a la victoria deportiva a cualquier precio y a la vulneración de los principios de lealtad, integridad y espíritu deportivo que consagran el artículo 7 del Preámbulo de los Estatutos de UEFA y el 5 de su Reglamento Disciplinario".

Freixa descartó hacer juicios personales sobre el portugués y aseguró, antes de conocer la denuncia del Madrid, que la decisión de la directiva no tiene por qué alterar la "cordialidad" institucional: "La defensa de nuestros intereses no debe ser incompatible con la voluntad de mantener las mejores relaciones con los distintos clubes. En este caso es satisfactoria". El presidente barcelonista, Sandro Rosell, ya expresó a Florentino Pérez, mandatario del Madrid, su malestar por la situación generada últimamente durante el almuerzo que ambas directivas celebraron antes de la semifinal. La denuncia de un comisario de la UEFA que pedía una sanción para Iniesta por la tarjeta recibida en cuartos ante el Shakhtar y las especulaciones sobre la posibilidad de que un árbitro portugués pitara el encuentro del miércoles han acentuado la tensión. El Barcelona se ha quejado también del comportamiento del Madrid en dos cuestiones: no cumplir con la obligación de regar el campo una hora antes del partido y obstaculizar el uso del catalán en las ceremonias de bienvenida y despedida de los aficionados azulgrana. Solo se escuchó en la salutación previa al partido.