Alborch lamenta la "crispación" del PP en su adiós al Ayuntamiento

La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch, se despidió ayer de su cargo en el Consistorio rodeada de sus concejales, con quienes hizo balance del mandato que termina. Alborch subrayó que el PSPV es más que "el partido del no". "Somos los que proponemos después de criticar", añadió. La portavoz lamentó la "crispación" que ha mantenido el PP estos cuatro años y aseguró que "llega el momento de esforzarse" para lograr un buen resultado en las elecciones del próximo 22 de mayo.

En cuanto a su futuro, la exministra de Cultura evitó pronunciarse. "Cada día estoy más convencida de que tenemos que vivir y trabajar el presente", aventuró. Así, Alborch y sus compañeros repasaron en sus intervenciones el trabajo que han hecho estos años y criticaron lo que, en su opinión, ha dejado de hacer el Gobierno municipal de Rita Barberá.

La portavoz destacó que "este ha sido el mandato de la crisis y el desempleo", sentencia que apoyó en las cifras del paro en la ciudad. "El desempleo ha aumentado un 135% durante estos años en Valencia, 30 puntos más que la media española", concretó. "También ha sido el mandato del victimismo estéril y el discurso hipócrita", abundó. Alborch recordó algunos casos en los que Barberá y sus concejales han atacado al Gobierno como "parte de su estrategia política": "La dársena de la Copa del América, el Cabanyal, la financiación, las inversiones...". A propósito de esto último, indicó que "el 65% de las inversiones públicas de estos años corresponden al Gobierno central".

También hablaron los demás ediles. Todos profundizaron en la crítica al PP por asuntos como su "opacidad" en torno al Centro de Estrategias y Desarrollo y la depuradora de Pinedo o su incapacidad de desarrollar un "modelo metropolitano de ciudad". Juan Soto criticó la política educativa de Barberá y su tendencia a la privatización, Carmina del Río lamentó que el consejo de Medio Ambiente se haya quedado en el limbo y Francisco Carsí enumeró las deficiencias de la EMT, cuya flota cuenta con "480 autobuses, como cuando ellos entraron".

La mayoría no repetirá de concejal y los que repiten enfrentan encuestas un tanto desfavorables. "No es momento para el desánimo", dijo Alborch, "tenemos que trabajar para que a los valencianos se les caiga el velo. La ciudad es bellísima, pero eso no significa que no existan desigualdades o que se gestione bien el capital público".