El Botànic se libra del ladrillo
Barberá cede un edificio municipal junto a Mestalla a cambio del solar inmediato al jardín - Se cierra así un conflicto arrastrado desde los ochenta
El Jardí Botànic de Valencia evitará finalmente la larga sombra de un hotel de 11 plantas en el solar de al lado. La alcaldesa, Rita Barberá, anunció ayer que el Ayuntamiento ha alcanzado un "preacuerdo" con la cadena Expo Grupo para liberar del ladrillo al polémico terreno. Así, el Consistorio cederá un edificio municipal en la avenida de Aragón, junto al estadio de Mestalla, para quedarse con el solar contiguo al jardín, a la espalda del colegio de Jesuitas.
De esta manera, ambas partes finiquitan un litigio que llevaba más de dos décadas enquistado. El consejero delegado de Expo Grupo, Salvador Twose, afirmó ayer que la negociación no ha resultado fácil. La empresa del promotor Antoni Mestre, que nunca renunció a edificar en el solar, llevaba tiempo hablando con el Consistorio sobre una solución que desatascara la polémica urbanística, pero en las últimas semanas ha podido hacerlo con una sentencia del Tribunal Supremo en la mano que le permitía levantar un hotel de 11 plantas. Barberá se mostró satisfecha de resolver "por fin un problema de interés ciudadano".
Carles Dolç, de Salvem el Botànic: "No hemos vencido, hemos convencido"
La zona sumaría más de cinco hectáreas de espacio verde
Iribas: "La ampliación debe mantener la esencia del lugar"
El preacuerdo sobre una de las controversias más largas de la ciudad llega para Barberá a pocas semanas de las elecciones. Y a un mes de que Salvem El Botànic cumpliera 16 años de "lucha por un paisaje", de resistencia a los planes de Expo Grupo y de empujar al Ayuntamiento y a la Generalitat a buscar una salida. El movimiento ciudadano aglutinado en torno a Salvem El Botànic ha mantenido la presión sobre las instituciones durante tres lustros, con acciones de protesta y en la vía judicial, pero también con propuestas de solución materializadas en más de una docena de emplazamientos alternativos para el hotel que Mestre rechazó. "No hemos vencido, hemos convencido", matizó ayer el arquitecto y miembro de Salvem Carles Dolç. "Es una victoria de todos, de toda la sociedad", añadió. Ninguneado durante tiempo por el PP, el colectivo fue avisado del preacuerdo por el concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, antes de que se hiciera público.
Barberá también habló antes del anuncio con el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, para ampliar el Jardí Botànic con el solar rescatado del ladrillo, lo que resultaba utópico hace solo unas semanas, cuando el Supremo dio la razón a Expo Grupo.
El solar de Jesuitas ha sido el centro de duras peleas políticas desde que el franquismo adjudicara al terreno una edificabilidad de 200.000 metros cuadrados. La polémica en torno al futuro del solar estalló a finales de los ochenta en un enfrentamiento entre el entonces alcalde, el socialista Ricard Pérez Casado, y el consejero de Obras Públicas, Rafael Blasco, también del PSPV en aquella época. El choque se llevó por delante al alcalde, que dimitió, y el problema del solar resbaló de año en año mientras Expo Grupo y otros propietarios consolidaban en los tribunales sus derechos de edificación. En 1995, con Barberá ya al mando, el Consistorio aprobó una nueva ordenación que implicaba la construcción de tres torres de hasta 20 plantas. Fue el detonante del nacimiento de Salvem El Botànic y de una presión ciudadana que obligó al Ayuntamiento a rectificar. Dos constructoras aceptaron una permuta y dejaron libre su porción del solar de Jesuitas. Mestre insistió en construir un hotel en su parte.
Ahora podrá levantarlo en la manzana de Mestalla, que verá aumentada considerablemente su edificabilidad, ya que sobre los escombros del nuevo Ayuntamiento, de 7.000 metros cuadrados de techo, podrá edificar hasta 16.455, los que le concedía la sentencia del Supremo. Expo Grupo pretende iniciar las obras el año que viene.
Si la intención de Barberá cristaliza, el solar de los Jesuitas, con una extensión de 7.000 metros cuadrados, integrará una gran zona verde muy cerca del centro histórico. De repente, el Botànic se apoyaría en el Jardín de las Hespérides y también en el solar. La alcaldesa pretende convertirlo en la continuación del Botànic. En total, el nuevo espacio sumaría más de cinco hectáreas, casi la tercera parte que los Jardines del Real (Viveros).
Tanta armonía clorofílica rescata del olvido las ideas que planteó Salvem el Botànic para el lugar. Carles Dolç apunta que "se podría doblar el Jardín de las Hespérides y llevarlo hasta la Gran Vía de Fernando el Católico". "Tal y como está concebido, ese espacio es solo la mitad de lo que podría ser", añade. Además, Dolç considera que la "verdadera vocación de las Hespérides es integrarse en el Botànic", y más ante la futura ampliación que anunció Barberá.
Por otro lado, el arquitecto valenciano entiende que el barrio podría beneficiarse de esta nueva situación. "El colegio de los jesuitas constaba antes de tres alas", relata, "hace años demolieron una, pero el planeamiento urbano permitiría recuperarla y sería interesante que el colegio la adaptase para albergar un museo de historia natural". Dolç recuerda que el centro dispone de una "impresionante" colección, la del Padre Sala, con ejemplares "interesantísimos" de insectos, moluscos y demás.
Por otro lado, la asociación de vecinos pide desde hace años que el Ayuntamiento adecente una vieja alquería de la calle de Beato Gaspar Bono para darle uso cultural. "Patrimonialmente es muy importante", afirma Dolç. "Eso, junto a la reconstrucción del ala derruida del colegio, formaría un espacio cultural envidiable", sentencia.
Pero, ¿cómo asumiría la ciudad este nuevo espacio, cuál sería la mejor forma de integrarlo? José Miguel Iribas, sociólogo experto en asuntos urbanísticos, antepone que "los espacios urbanos deben ser ciudadanos más que responder al diseño, deben favorecer una promiscuidad de usos, como ocurre en el viejo cauce del Río Turia". Iribas asume con gusto la futura ampliación del Botànic en el solar, "siempre que se mantenga el espíritu romántico del jardín, que es maravilloso". "El Botànic", añade, "responde a un estilo muy concreto, emocionante, de un confort polisensorial extraordinario", señala.
Si el nuevo jardín atrajese la atención ciudadana, su cercanía al viejo cauce del Turia resultaría si cabe más evidente. Dolç apuesta por "rediseñar el urbanismo de la zona", bien mediante un paso subterráneo que conecte ambas partes, o bien armonizando el tránsito peatonal superficial, disminuyendo el tráfico. Iribas acoge la idea e insiste en que todas las plazas y zonas verdes de la ciudad deberían conectarse "para que el que coja la bici en el norte, pueda acabar en el sur".
El acuerdo gusta a todos salvo a EU
El preacuerdo para evitar la construcción de un hotel en el solar de Jesuitas abre una nueva perspectiva para el Jardí Botànic. Así lo aseguró ayer Esteban Morcillo, rector de la Universitat de València, propietaria del Jardí. Morcillo expresó la "satisfacción institucional" por la decisión, que a su juicio permitirá "compartir más con los ciudadanos" el patrimonio natural del Botànic, pegado al polémico solar y ahora con perspectivas claras de ampliación. El Botànic, con dos siglos de historia, "es un centro emblemático de la Universitat", para la investigación "pero también para los ciudadanos", destacó el rector Morcillo.
Sin entrar en la permuta hasta que conozca los detalles, el candidato socialista a la alcaldía, Joan Calabuig, resaltó que "lo importante es que no se construya sobre el solar de Jesuitas" y que, de esta forma, "el conjunto del Jardí Botànic pueda tener un futuro de garantía y protección". También saludó el acuerdo, con matices, el concejal socialista Vicente González Móstoles, quien consideró que "el único inconveniente" de la solución acordada entre el Consistorio y Expo Grupo es que se demolerá el edificio del nuevo Ayuntamiento.
Por ese motivo, Esquerra Unida (EU) rechazó el preacuerdo anunciado ayer. El candidato al Ayuntamiento, Amadeu Sanchis, lo consideró "una triste noticia" porque, en su opinión, "se traslada el problema a otra zona" y se eliminará un inmueble ahora vacío que podía acoger equipamientos públicos que "necesitan y esperaban" los vecinos del distrito de Pla del Reial.
El litigio de Jesuitas
- El plan general de Valencia de 1966 admitía 30 plantas en la manzana de Jesuitas.
- La movilización ciudadana, aglutinada en torno a Salvem el Botànic, fuerza en los años noventa el rechazo al plan de las "tres tristes torres" de hasta 20 alturas en el solar. Ante la presión ciudadana, el Ayuntamiento negocia con dos constructoras que aceptan permutar su parte de suelo por otros solares. Expo Grupo, del promotor Antoni Mestre, insiste en su plan de un hotel junto al Jardí Botànic.
- Otro cambio de PGOU deja en 11 las alturas del futuro hotel, que se rebajan a cinco con la declaración del Botànic como Bien de Interés Cultural en 2005 cuando la licencia de obra estaba a punto. La vía judicial, seguida por Salvem hasta el final, se agota en marzo pasado en el Supremo, que permite retomar el hotel de 11 plantas ahora descartado.
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