De los 15 a los 24 años encarcelado
El canadiense Jader es el único 'niño de Guantánamo' que continúa en el presidio - El saudí Al Zahrani se suicidó a los 17 en la base militar
Niños de 14 años que iban a recoger alfalfa y adolescentes capaces de matar a soldados estadounidenses. Los papeles del Departamento de Defensa cuentan la biografía de los menores que han pasado por Guantánamo y en algunos casos asumen con sorprendente naturalidad que los detenidos no tenían nada que ver con talibanes, ni con la yihad ni con Al Qaeda. Dos casos destacan sobre los demás: el canadiense Omar Ahmed Jader, el único que sigue entre rejas, y el saudí Yasser Al Zahrani, que se suicidó en el penal a punto de cumplir la mayoría de edad.
OMAR AHMED JADER. Hijo de un lugarteniente de Osama Bin Laden
Omar Ahmed Jader entró en Guantánamo siendo un adolescente y, si tiene mucha suerte, saldrá a punto de cumplir los 25. Es el único de la lista de menores que sigue encerrado. Para explicar esta situación, los documentos del Pentágono, fechados en enero de 2004, dicen que es un importante miembro de Al Qaeda, y le atribuyen un alto nivel de riesgo y un alto valor por la información que posee. En la ficha se puede leer que su padre es un importante financiador de Al Qaeda, el cuarto al mando en la organización por debajo de Osaba Bin Laden. "El detenido y su hermano viajaron a Afganistán para luchar contra EE UU. A pesar de tener solo 16 años en esa época, era inteligente y educado y comprende la gravedad de sus actos. Sobresalió en sus entrenamientos en Afganistán, que incluían armas pequeñas, explosivos, minas y la preparación de aparatos explosivos para detonarlos a distancia. Admite su participación en varias operaciones con minas, ataques a fuerzas estadounidenses, además de haber lanzado una granada que mató a un soldado de EE UU. Nunca ha expresado remordimientos por este asesinato", dicen los documentos.
UMAR ALÍ AL UMAR. Capturado en la frontera con Pakistán
El saudí Ibrahim Umar Alí Al Umar iba a estudiar el Corán a una escuela islámica a Pakistán, donde estuvo cuatro meses. Cuando empezaron la guerra entre EE UU y Afganistán, el director del centro pidió al adolescente que abandonara el país por su propia seguridad y para que los estadounidenses no cerraran la escuela.
Cogió un coche en dirección a Karachi conducido por otra persona. Pero el conductor atropelló a un hombre, se asustó y salió huyendo. La policía paquistaní les capturó a los dos en la frontera y les detuvo en febrero de 2002. Después de pasar 45 días en la prisión de Pakistán, las fuerzas estadounidenses le llevaron a la base militar en la isla de Cuba. El chico se mostró dispuesto a cooperar, según reconoce el mando militar, y se identificó desde el primer momento. La información que obtuvieron de él los militares estadounidenses no tenía ningún valor. Al año siguiente le trasladaron a Arabia Saudí.
YASSER AL ZAHRANI. "Voy a abrirte el estómago y beber tu sangre"
Yasser Al Zahrani, hijo de un importante funcionario del Ministerio del Interior saudí, decidió trasladarse a Afganistán como un "deber religioso". Viajó a Kabul a finales de 2001, cuando tenía 15 años, donde recibió entrenamiento de los talibanes. Las fuerzas militares de EE UU le capturaron y unos meses más tarde le llevaron a Guantánamo. La ficha da cuenta de las amenazas que profirió -"No olvides el 11-S. No olvides el 11-S", repitió a un guardia antes de echarse a reír; en otra ocasión le dijo a otro guardián que usaría un cuchillo para abrirle el estómago, cortarle la cara y beber su sangre- y de las tres huelgas de hambre que inició. El informe está fechado en marzo de 2006. Un mes más tarde, Zahrani y dos reclusos más se colgaron en sus celdas con unas sábanas.
NAQIB ULLÁ. Violado por 11 talibanes y un año encerrado
Naqib Ullá, un paquistaní de 15 años, estaba haciendo un recado para su padre cuando fue secuestrado y violado por 11 hombres, que lo llevaron a un campamento talibán donde fue encarcelado y forzado a hacer trabajos manuales. El adolescente llevaba unos tres días en el campo de entrenamiento cuando llegaron los militares norteamericanos. Los talibanes le ordenaron que se pusiera en la retaguardia en la batalla entre las fuerzas de los dos países. Los soldados de EE UU le vieron con un arma y se lo llevaron a Guantánamo.
El redactor del informe admite que Naqib Ullá es víctima de una violación y que fue obligado a unirse a una tribu local aliada con los talibanes. Los estadounidenses reconocen, que pese a que podrían obtener alguna información de él, es mejor que crezca fuera de la influencia de los ambientes islamistas de Guantánamo. Por lo tanto, recomiendan su liberación o traslado a otro país. Naqib Ullá pasó un año encerrado.
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