"Bailamos bulerías con tecno"
Con 20 y 21 años crearon y comenzaron a dirigir su propia compañía
Ángel Rojas y Carlos Rodríguez son como el día y la noche. Rodríguez es moreno, agitanado y con los ojos negros, mientras que Rojas tiene los ojos azules, la piel muy clara y el pelo casi rubio. Sin embargo, ambos piensan que desde que empezaron en el baile, estaban predestinados a encontrarse. Con solo 20 y 21 años fundaron su propia compañía, el Nuevo Ballet Español, que cumple ahora 15 años, e hicieron de Móstoles su hogar y su sede. "Fuimos el icono de una generación de bailarines que dijimos: sí podemos y sí queremos. Abrimos la puerta para que los demás pudieran seguirnos", explica Rodríguez. Ahora regresan a Madrid para celebrar los 15 años en escena, y estarán desde el 1 de mayo hasta el 5 de junio en el Teatro La Latina con Cambio de Tercio.
"Lo que se está haciendo en España con las compañías es una sangría"
Ahora alternan las giras con sus clases en la Escuela de Danza de Móstoles
Sus carreras han sido un nudo de encuentros y desencuentros. Se cruzaron en el Ballet del Teatro Español de Luisillo, ambos trabajaron con Rafael Aguilar, coincidieron en el Ballet Español de Madrid y participaron en los festejos de la Expo 92 de Sevilla. Hasta que un día decidieron arriesgar -admiten que se volvieron locos- y montaron su propio cuerpo de baile. "Hemos bebido del arte de los grandes maestros, pertenecía a nuestra piel. Amábamos la tradición de nuestro país y queríamos verla crecer", comenta Rojas. Su primera actuación en Bilbao sirvió para pagar las escrituras de la empresa. Fueron en un Ford Fiesta hasta allí acompañados de la técnica de luces y dos bailarinas, y cargados con 12 metros de tela y el vestuario. "Como había temporal, pusimos el limpiaparabrisas, y la tercera vez que limpió, se quedó quieto y ya no volvió a funcionar nunca más. Afuera estaba nevando, pero había que llegar a Bilbao, porque había que pagar las escrituras", recuerda Rojas entre risas.
Su trabajo refleja la herencia de los maestros de las compañías por las que han pasado, pero también de los que han luchado para que los bailarines españoles tengan un hueco en el panorama internacional, como Antonio Gades y José Antonio -que los cogió con 15 años y al que consideran "un padre"-. Su objetivo es "que no se olvide el clásico español, pero dándole un toque moderno". En Cambio de Tercio hay mucho de esa fusión, en la que conviven los enormes lunares sobre colores llamativos con los trajes camperos y el sombrero cordobés, dentro de un espectáculo que tiene un sabor antiguo pero una visión nueva sobre la danza española más allá del volante y el taconeo.
Para resucitar el clásico español era necesario crear un nuevo público, y ese fue su primer cometido. "Había que cambiar el concepto para que la gente viniera, que nuestros colegas con los que salíamos cuando teníamos 20 años se acercaran a vernos y fliparan: podemos bailar una bulería con música tecno", explica Rojas.
Pero para esta pareja de bailarines fundar una compañía era solo el principio. Su último logro ha sido dirigir la Escuela Municipal de Danza de Móstoles. En las instalaciones del Centro Cultural de la localidad es donde imparten sus clases con el fin de "tener un elenco propio del que se pueda nutrir la compañía". El lugar era lo único claro: la tierra que los vio nacer. "Nosotros tenemos una relación con la ciudad de Móstoles totalmente fraternal. Somos mostoleños, pero ahora vivimos en el mundo. Nuestra raíz está aquí y hemos vuelto para quedarnos", explica Rojas.
A la pregunta de cuál es el secreto para que dos amigos se mantengan tanto tiempo unidos en un proyecto de envergadura que los ha llevado a recorrer medio mundo de escenario en escenario, ambos revelan que la clave está en el respeto. Sin embargo, en los últimos meses han decidido hacer cosas por su cuenta. "Queríamos darnos la oportunidad de crecer en diferentes aspectos, porque hay veces que no necesitamos lo mismo. Somos como los Rolling Stones, que cuando nos apetece nos separamos y volvemos a juntarnos", cuenta Rodríguez. "En Facebook hay bulos de que nos hemos separado o nos hemos peleado, pero estaremos juntos hasta que nos dé la gana a nosotros. Hay una relación tan sólida y tan verdadera que va más allá del ego", añade Rojas.
Para la celebración de los 15 años de la compañía han decidido volver a Madrid, aunque admiten que hace mucho que dejaron de ganar dinero cuando vienen a la capital. "Nos tratan mejor en el extranjero y nos pagan al momento. Lo que están haciendo en España con las compañías es una sangría", explica Rojas, aunque Rodríguez no niega que en su tierra les quieren. "El mundo es enorme y nosotros somos muy inquietos, muy ambiciosos, y estamos ávidos de conocer y de que nos conozcan", comenta el bailarín.
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