Vincenzo La Scola, tenor verdiano de brillante y dulce voz
Fue comparado con Luciano Pavarotti y Carlo Bergonzi
En el cielo no brillaban las estrellas y la tierra no olía, pero en el mediodía del pasado 15 de abril Vincenzo La Scola cayó fulminado como el pintor Mario Cavaradossi, que él interpretó en los escenarios líricos, al final de Tosca, de Puccini. No fue la suya una muerte teatral. El tenor italiano, una de las grandes voces verdianas de la década de 1990, murió víctima de un ataque al corazón a los 53 años mientras impartía una clase magistral en el Conservatorio de Música de Mersin, al sur de Turquía.
Vincenzo La Scola nació en Palermo, Sicilia (Italia), el 26 de enero de 1958. A los 21 años Luciano Pavarotti le oyó cantar en el Festival Puccini de Torre del Lago (Italia) y le recomendó que estudiara con quien había sido su maestro en Módena, el tenor Arrigo Pola. En 1982 ganó el concurso de voces verdianas de Busseto, lo que le permitió interpretar el personaje de Orante, de I Lombardi alla prima crociata, de Verdi, bajo el asesoramiento de uno de los grandes tenores verdianos, Carlo Bergonzi, quien le invitó a proseguir sus estudios con él.
Su debut tuvo lugar en Parma en 1983 cantando el personaje de Ernesto de Don Pasquale, de Donizetti. Su bella voz, que los críticos compararon con la de Bergonzi, por su brillantez, y la de Pavarotti, por su dulzura, no tardó en llamar la atención y dos años después inició su carrera internacional debutando en La Monnaie de Bruselas con el papel de Nemorino en L'elisir d'amore. Luego siguieron nuevas plazas internacionales hasta llegar, en 1988, a la Scala de Milán, y en 1993, al Metropolitan de Nueva York, donde debutó como Rodolfo de La Bohème.
En la cima del mundo, Vincenzo La Scola sucumbió a las tentadoras ofertas de cantar papeles demasiado dramáticos, de Verdi y Puccini, para una voz lírica como la suya. Y tras una esplendorosa década, en los noventa, su voz empezó a resentirse. Proseguía su carrera, pero las noches de gloria ya escaseaban.
En España se le escuchó desde 1987 en el Liceo de Barcelona, el Teatro Real de Madrid, el Palau de la Música de Valencia y el Festival de Santander.
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