_
_
_
_
Crítica:PENSAMIENTO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Kraus en el burdel de la palabra

Si se tienen en cuenta las más de 20.000 páginas de los más de 900 números de la revista La Antorcha (Die Fackel), publicada en Viena entre los años 1899 y 1936, uno puede hacerse idea de la complejidad y utilidad del trabajo que supone esta antología suya (selección de textos) que presenta Adan Kovacsics. Temas significativos tanto para la historia y la cultura del primer tercio del siglo XX, que hicieron crisis modélicamente en la Viena irrepetible de entonces, en la que La Antorcha jugó un papel central, como para el propio pensamiento de Karl Kraus, editor de esa revista, que prácticamente escribió él solo y en la que dejó lo más característico de su pensamiento y talante. Para aquella Viena tan genial como ambigua, que hubo de jugar a la vez el papel de hogar de la modernidad y de "banco de pruebas del fin del mundo", y con un único resultado claro (aparte de la catástrofe del imperio): la invención de un nuevo tipo de humanidad, en el que seguimos, el del "hombre sin atributos" de Musil, vacío de identidad, que vive la vida -à la Kraus- como "un esfuerzo digno de mejor causa" y que -à la Kraus también- podría decir tras su muerte: "Mi tumba está vacía". Todo ello sin aspavientos, con una lucidez (crítica y compasiva) envidiable, modélica en Kraus. Arquetipo de un espíritu libre de toda servidumbre, sólo con una nostalgia eterna: la de una asimilación sin fisuras a la cultura y, sobre todo, a la lengua alemana. Judío (antisemita) a quien le tocó hacer particularmente la experiencia de la crisis general de identidad moderna, no sólo judía, sino política, social, cultural, sexual

La antorcha. Selección de artículos de Die Fackel

Karl Kraus

Traducción de Adan Kovacsics

Acantilado. Barcelona, 2011

560 páginas. 36 euros

El laberinto de la palabra. Karl Kraus en la Viena de fin de siglo

Sandra Santana

Acantilado. Barcelona, 2011

368 páginas. 24 euros

... y sobre todo lingüística, sustento y manifestación de cualquier otra.

Todos estos aspectos crítico-fundamentales, en torno a los que se organiza la antología de Kovacsics, son analizados en el libro de Sandra Santana tanto para desentrañar la figura de aquella Viena de Kraus como la del Kraus de aquella Viena. "Toda su obra es lenguaje: el lenguaje hablando de sí mismo, de su capacidad creadora, de su capacidad opresora y de sus límites", dice bien Santana, centrando el núcleo de la cuestión. Y entre el polo de una lengua madre, maternal, sustentadora de valores patrios, y el de un lenguaje erótico, laberinto desiderativo, va desarrollando sugerente, inteligente y elegantemente ese núcleo. "En la obra de Kraus, la materia lingüística es el cuerpo maternal de la mujer, pero, sobre todo, el cuerpo erótico deseado por el hombre". La prostituta, la mujer que se entrega a todos, es un "modelo lingüístico" apropiado a la situación austríaca de entonces, y el burdel un buen escenario del propio trabajo de Kraus como crítico y literato: convertir a la ramera en virgen. "¿Un burdel donde la palabra recupere su capacidad de seducción y se transforme en una femme fatal del pensamiento?". Sí, una virgen fatal fue seguramente el ideal metafórico de la sátira del lenguaje de Kraus, de su Viena y de él mismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_