Los préstamos ministeriales a Epsilon carecen de garantías económicas
Las ayudas públicas al proyecto multiplican por ocho la inversión privada
Si los gestores de la escudería automovilística Epsilon Euskadi no encuentran un inversor o un comprador para el 8 de julio próximo, fecha en que se cumple el plazo de cuatro meses tras la declaración de situación preconcursal en que se encuentra, el quebranto que el proyecto habrá ocasionado a las arcas públicas, entre las de la comunidad autónoma y el Estado, ascenderá al menos a 47.589.000 euros. La inversión privada de los promotores del proyecto se sitúa entre seis y siete millones, con lo que la iniciativa ha contado con ayudas públicas que multiplican casi por ocho la aportación empresarial.Y los préstamos ministeriales que ha recibido, en buena medida gracias a la mediación del PNV, carecen de garantías económicas, según fuentes del Gobierno central.
Epsilon fue en 2007 la gran apuesta del Gobierno de Juan José Ibarretxe y del PNV para intentar que el Parque Tecnológico de Miñano despegase definitivamente. La empresa fue creada por el ingeniero de Fórmula 1 Joan Villadelprat con un capital de apenas 3.100 euros -en la actualidad asciende a 92.333-, y en 2003 se asentó en Azkoitia.
Cuatro años después, Álava lograba ubicar la empresa en su parque tecnológico, en pugna con Alcañiz (Aragón), que le ofreció terrenos, y con el Parque Tecnológico de Zamudio, en Vizcaya. Villadelprat logró inicialmente su sueño al levantar en Miñano un túnel de viento único en España, que iba a ser el principal reclamo de las instalaciones como paso previo a entrar en el selecto mundo de la F-1. Pero ese momento no llegó y con ese fracaso se esfumó un inversor que según Villadelprat estaba apalabrado, aunque nunca se concoció su identidad.
El proyecto se acogió a diversas ayudas ministeriales, gracias al padrinazgo del PNV, a través de una convocatoria de 2007 denominada Subprograma de Actuaciones Científicas y Tecnológicas en Parques Científicos y Tecnológicos, antes conocido como Acteparq y desde 2010 como Innplanta.
Estos préstamos carecen de garantías económicas. La inexistencia de un aval no es algo inhabitual, señalan las fuentes consultadas, cuando se trata de proyectos de centros tecnológicos, en los que los parques presentan a sus empresas.
La exigencia de garantías se sustituye en estos casos por un informe de auditoría que el ministerio evalúa y sobre el que decide acerca de la solvencia o no del proyecto. En el caso de Epsilon ese informe de solvencia lo realizó una consultora privada ajena al Parque de Miñano, según ha podido saber EL PAÍS.
Con este apoyo consiguió otro préstamo de 16 millones, aportados a medias entre Caja Vital y Kutxa, de cuyo eventual impago se hizo responsable al Gobierno vasco. Esta operación está siendo revisada por el actual Ejecutivo socialista, por si resulta irregular y para determinar, en caso afirmativo, las resposabilidades en que habrían incurrido los representantes de las instituciones, principalmente el tripartito y la Diputación alavesa actual, que le dieron el visto bueno desde el Consejo de Administración del parque. La aprobación se produjo tres semanas después de celebradas las elecciones de marzo de 2009, cuando ya se vislumbraba el acuerdo entre PSE y PP y el relevo del PNV al frente del Ejecutivo.
Epsilon emplea a casi 60 personas y sus activos rondan los 35 millones de euros.
Las ayudas
- El total de ayudas públicas que ha recibido la firma automovilística Epsilon desde su puesta en marcha se desglosa de la siguiente manera:
- Ministerio de Ciencia e Innovación: 16,5 millones en préstamos a interés cero; 3,5 millones en subvenciones nominativas, introducidas por el PNV en los Presupuestos Generales, más otros 589.000 euros a fondo perdido del programa de desarrollo tecnológico Cedeti.
- Gobierno vasco: cinco millones en préstamos, más otros 2,6 a través del Parque Tecnológico de Miñano para el terreno y una subvención de 1,7 millones.
- Cajas Vital y Kutxa: 16 millones a partes iguales.
- Diputación de Álava: 1,2 millones de subvención
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