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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sus señorías los jueces

Es cierto que el hombre de la calle no está al tanto de las complicaciones inherentes a la aplicación de la justicia o, si se prefiere, de las leyes; pero es igualmente cierto que se sorprende con mucha frecuencia de algunas decisiones de sus señorías los jueces.

La excarcelación del etarra Troitiño, aplicando una jurisprudencia que inmediatamente ha sido recurrida por la Fiscalía y rechazada por el Supremo (quizá porque su aplicación era, al menos, discutible) es la última perla de una larguísima serie de fallos -qué palabra tan reveladora- judiciales.

Los jueces corregidos han dictado, faltaría más, orden de captura; pero échale ya un galgo a Troitiño, como a De Juana y otros: se ha dado a la fuga. Otras veces ha sido un violador, que ha aprovechado un permiso carcelario para seguir ejerciendo su triste oficio, o un delincuente que no regresa a la cárcel tras ese permiso.

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El hombre de la calle, que acepta la independencia de los jueces y la complejidad de los mecanismos de aplicación de las leyes, se queda pasmado ante semejantes decisiones y luego se pregunta por qué tan desatinados fallos no tienen consecuencia para quien los dictó.

Y se le ocurren soluciones; por ejemplo, que cada juez se responsabilice personalmente de sus dictámenes.

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