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Reportaje:

El mar como alternativa

El EVE estima que la explotación de parte de este recurso natural será una realidad a finales de década

La energía marina es un recurso con futuro en Euskadi que aún se encuentra en fase precomercial. En Escocia, uno de los países punteros en el desarrollo de este tipo de tecnología sostenible, administraciones, empresas privadas y universidades llevan una década aunando esfuerzos. Las islas Orcadas, situadas en pleno Mar del Norte, son un gran campo de pruebas. El objetivo es que la presencia de la energía marina en Escocia alcance una implantación del 20% en 2020 -requerirá 20.000 millones de libras y se crearían 1.700 empleos- y a largo plazo llegue al 50%.

Una delegación vasca del Consejo Económico y Social (CES) viajó en 2009 al epicentro de la innovación marina junto a una representación del CES de Galicia, otra de Cantabria y tres más del área costera francesa (Poitou-Charentes, Aquitania y Bretaña). El objetivo era conocer el grado de desarrollo de esta tecnología y sus posibilidades en Euskadi.

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Se trata de una fuente de alta densidad energética, es decir, que se puede obtener mucha energía ocupando poca superficie. La dificultad está en cómo extraer la energía. Ésta se manifiesta en el mar de diferentes maneras: a través del oleaje, las mareas y corrientes marinas, el gradiente térmico -la radiación solar sobre el mar produce diferencias de temperatura entre las aguas superficiales y las del fondo que pueden superar los 20ºC- y el gradiente salino -en las desembocaduras de los ríos se producen fuertes diferencias de concentración salina entre el agua de los océanos y el agua de los ríos-.

En Euskadi, de momento, el recurso del oleaje es el único susceptible de ser aprovechado, ya que el resto de fenómenos no se producen con la suficiente intensidad como para sacar provecho de ellos. La energía eólica marina sí podría desarrollarse, aunque solo cuando se dé con una solución de tipo flotante para sujetar las estructuras, porque las aguas de la costa vasca son muy profundas y es imposible anclarlas en el fondo.

De momento, en Euskadi hay dos grandes centros de investigación de este tipo de energía: La Biscay Marine Energy Platform de Arminza y la Planta de energía de las olas de Mutriku. La primera estructura, un área de ensayos y demostración de convertidores del oleaje con 20 MW de capacidad de generación, empezará a funcionar en el verano del año que viene. Su instalación facilitará el "desarrollo de un sector industrial y de conocimiento en este sector en el País Vasco. Es una oportunidad y tiene interés estratégico", recuerda Javier Marqués, director de Energías Renovables del Ente Vasco de la Energía (EVE).

En lo que respecta a la planta de Mutriku, Marqués explica que el próximo mes quedará finalizada su construcción, tras colocar las turbinas. De esta forma, el ingenio empezará a generar los primeros kilovatios/hora que pasarán a la red eléctrica del municipio y le surtirán por primera vez.

La estrategia del EVE pasa por "convertir a Euskadi en un polo tecnológico de energías renovables", para lo que habrá que salvar primero las barreras no tecnológicas -acuerdos con pescadores, coordinar las rutas marítimas de los barcos de mercancías y de pasajeros-. Pero ¿cuándo será posible generar electricidad suficiente para surtir a la población y sustituir esta energía por las convencionales? La eólica tardó 25 años en ser una realidad palpable, pero Marqués confía en que la experiencia adquirida con otras formas de energías renovables en estos años logre que esta prometedora opción sea un hecho a finales de esta década.

Reino Unido, por fases

El Reino Unido, que aspira a ser líder mundial en energía eólica offshore , empezó a desarrollar esta fuente alternativa en 2001, en lo que bautizó como Round one -primera fase-, un proceso experimental para demostrar las posibilidades de esta técnica. En este momento los británicos se encuentran en la Round two -segunda fase-, en la que ya hay seis infraestructuras en construcción que cuentan con una potencia instalada conjunta de 2,2 GW. Escocia tiene sus propios planes, con otros 5,3 GW en diez emplazamientos.

En el Round three -tercera fase- la idea es que el 15% de la energía de toda Gran Bretaña proceda de fuentes renovables en 2020, aunque se habla de avanzar objetivos hasta el 20% en 2019.

Cuando concluya la tercera fase, se habrán instalado 10.000 turbinas en aguas británicas, algunas de ellas alejadas hasta 200 kilómetros de la costa, en zonas de hasta 100 metros de profundidad. Se trata de una gran oportunidad para las empresas británicas y extranjeras. Hay 120 millones de libras disponibles para desarrollar la energía eólica marina y otros 130 millones -de ellos, 70 en Escocia, para adecuar los puertos a los nuevos usos.

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