"Soy muy besucón y muy tocón"

Tiene 52 años y dos hijas, es "un tío muy normal", desordenado y al que le cuesta delegar, pero "muy constante y apasionado". Como forense, dice que en política hay más vivos que muertos, y cita entre los primeros al cántabro Revilla. Amante del cine y gran culé, se pasa la vida peleándose con los kilos.

Pregunta. ¿Ha llegado el momento de sus tres candidatos: Alfredo, Pérez y Rubalcaba?

Respuesta. Dije lo que dije porque era lo que pensaba. Pero le hemos prometido a Matilde Fernández que no vamos a hablar del tema hasta el día 22 de mayo.

P. ¿Apoya a Rubalcaba porque le quitó la multa cuando le pillaron a 170 por la autovía?

R. Falso. La multa se ha pagado. La ha pagado el que iba corriendo. Yo no conducía. Otra cosa es que yo asumiera la responsabilidad y pidiera disculpas.

P. ¿En Ferraz hay barones respondones o es una guardería?

R. Como representante del club de los barones muertos, que parece que la culpa sea nuestra, digo que tenemos una doble responsabilidad: somos secretarios generales de nuestras federaciones y representantes de todos los ciudadanos de nuestra tierra.

P. ¿Lo de los barones muertos es porque se da ya por vencido?

R. En absoluto. Es recordando el Club de los Poetas Muertos, que era el valor de la poesía. Aquí es el valor de la política.

P. Usted viene de Nuevas Generaciones. ¿Cómo se convirtió a la auténtica fe?

R. Yo procedía de un ambiente conservador, y me convertí el ver el alto analfabetismo que había en Extremadura, una emigración que había sido masiva y gente dispuesta a pelear para que las cosas cambiaran. Yo no soy socialista de sangre, lo soy por convicción.

P. Como médico, ¿operaría de algo a Mariano Rajoy?

R. No. Aparte de que yo soy médico forense, y no quiero que se interprete mal [ríe].

P. ¿Qué cree que hay que hacer en el PSOE con anestesia?

R. Hay que intentar hacer lo que hay que hacer sin anestesia, para no engañar al paciente y contarle lo que estamos haciendo.

P. ¿Solo tiene pasiones encauzaditas?

R. No sé si en mi subconsciente hay alguna desbordada. Pero si es así, está muy dormida. Tengo poco tiempo para las pasiones.

P. ¿Con qué sueña de noche?

R. Llevo tiempo soñando que estoy reunido, pero no sé con quién. Y amanezco sentado en la cama, aunque al acostarme me tumbo.

P. Y luego dice que es usted muy normal. Hágaselo mirar.

R. Al médico no se lo he consultado todavía, no sea que me recete un tiempo de reposo.

P. Como Bono, felicita a cada vecino, visita cada pueblo. ¿Tiene también locura por los monseñores?

R. Yo soy cristiano, pero más de cura de pueblo que de monseñores.

P. Pues no se pierde una. Es capataz de la Hermandad de la Virgen de la Soledad de Olivenza. ¿En qué consiste?

R. En sacar el paso con costaleros el Jueves y el Viernes Santo. Tiene que ir uno fuera, que soy yo, el que va diciendo: izquierda, delante; derecha, atrás.

P. Es manipular a la cofradía. ¿No puede ser derecha, delante?

R. Es saber que el camino más recto siempre es el que va por la izquierda [ríe].

P. ¿Le dejaron así los jesuitas o es que rechaza la medicación?

R. Mi paso por los jesuitas me ayudó. Aprendí a actuar con cierta independencia, y me trasladaron la pasión por aprender que todavía tengo. Y luego, el deporte.

P. ¿Con quién jugaría a los médicos: Rubalcaba, Esperanza Aguirre, Cospedal, Griñán?

R. Jugaría a los médicos con Esperanza. Me parece un personaje.

P. ¿No fue ministro de Sanidad porque querían una mujer? ¿Hay que fastidiarse con la igualdad?

R. No. Me siento orgulloso de tener en mi Gobierno más mujeres que hombres, seis chicas y cinco chicos.

P. ¿Es cierto que las muchachas de Olivenza no son como las demás, porque son hijas de España, ¡ay!, y nietas de Portugal?

R. Exactamente así. Y yo también [canta la tonadilla con discreto éxito: ver en elpais.com].

P. ¿Ser templado aleja de ser cálido?

R. No. Soy una persona moderada, escasamente radical, y me muevo mejor en el terreno templado. Pero soy cálido en los afectos. Muy besucón y muy tocón.

P. Su mujer se queja de que no hace ni los huevos fritos. ¿En casa no cumple?

R. Ehhh... En las tareas domésticas, nada. En lo demás, no me gusta presumir, pero intento hacer lo que puedo [risita].

P. ¿Se confiesa de que le gusten los toros?

R. Noo. Nací en un pueblo muy taurino, los toros han formado parte de mi vida, y sí, me gustan.

P. ¿Si no se confiesa de eso, de qué se confiesa?

R. Me suelo confesar una vez al año, y suele ser de cosas que tienen que ver más con las actitudes personales que con otras.

P. De las faenas que hace al PP no dice ni ripio al cura.

R. No, porque no sé qué penitencia me podrían poner por eso. Igual me hacían ir en peregrinaje hacia no sé dónde.