Zapatero pide a Aznar y Rajoy que "no pongan zancadillas a España"
Los miembros del Gobierno rechazan las palabras de "quien manda en el PP"
Castilla-La Mancha se ha convertido en un símbolo de las elecciones del próximo 22 de mayo por las interrogantes que plantean sus encuestas y por sus protagonistas. Es la comunidad cuyos resultados suscitan más dudas.
Y, además, allí se juega el prestigio el PP de Mariano Rajoy y su carrera política Dolores de Cospedal como número dos del partido, al competir con José María Barreda. Este también se juega mucho porque Castilla-La Mancha ha sido gobernada por el PSOE desde que nació el Estado de las Autonomías.
Los principales líderes del PSOE están pasando por Castilla-La Mancha, dando respaldo a Barreda, y ayer le correspondió a su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, que marcó las líneas generales de la precampaña y respondió al expresidente José María Aznar y, por extensión, a Mariano Rajoy, por poner en duda en Estados Unidos la solvencia y la fortaleza de la economía española.
Salgado asegura que el exlíder del PP muestra "ignorancia"
Rubalcaba dice que es "terrible" que se dude que España pagará la deuda
"Les pido una cosa. A mí me pueden poner zancadillas, pero no a España. Que tengan contención porque en cuestiones de Estado, cuando se habla fuera de España, hay que defender la fortaleza económica del país y las críticas al Gobierno no ayudan", respondió Zapatero a Aznar.
Junto con Zapatero, todos los ministros que hablaron ayer pasaron a la ofensiva contra Aznar y la tolerancia de Rajoy a sus declaraciones. El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó de "terrible" que Aznar cuestionara que España fuera a pagar la deuda y aseguró que es "quien manda" en el PP.
El ministro de Fomento, José Blanco, tras calificar a Aznar de "antiespañol número uno", pidió explicaciones a Rajoy sobre el comportamiento del expresidente. Y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, señaló que las declaraciones de Aznar revelan "cierta ignorancia y, además, son malintencionadas".
Zapatero extendió sus críticas al PP por "la utilización partidista de la lucha antiterrorista cuando se está acabando con ETA" y "cuando es interés de todos ver el final de la violencia". Apeló a la autoridad moral que le daba el apoyo que, como líder de la oposición, le ofreció en su día a Aznar en política antiterrorista cuando este gobernaba en España.
También reprochó a Aznar y a Rajoy sus intentos de dividir el país a cuenta de Cataluña -"si se lleva esto o se lleva lo otro"- y cómo cuando les conviene "hablan catalán en la intimidad, se ponen la barretina y lo que haga falta". Con ello, aludió a unas recientes declaraciones de Rajoy en Barcelona en las que reclamó una exigencia estatutaria al Gobierno, después de haber descalificado y llevado al Tribunal Constitucional el Estatuto catalán.
Precisamente, la defensa del Estado de las Autonomías, en un momento en que en el PP y en los medios de la derecha existe una campaña de descalificación contra él, fue una de las claves que esgrimió Zapatero en Albacete como línea política de precampaña.
Otra clave fue la defensa del Estado de bienestar. Consciente de que los recortes sociales de mayo del año pasado son una de las principales causas de desafección con que cuenta su gestión, Zapatero defendió ayer sus logros globales en política social. En la misma clave, rechazó que pueda achacarse a él y a su Gobierno la responsabilidad de la recesión económica. Señaló con vehemencia que la gravedad de la crisis venía marcada por los problemas del sistema financiero y que la responsabilidad de esa situación procedía de la desregulación de las políticas neoliberales económicas, y en España de la liberalización del suelo con el Gobierno del PP.
En ese contexto, Zapatero aseguró que su Gobierno trató, en medio de la crisis, de defender las políticas sociales. De tal modo que aseguró que "el 22-M se juega la defensa del Estado de bienestar en España".
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