Sábados contra reloj

Ahí va uno de los guiños de la fórmula 1: Fernando Alonso se ha pasado la última semana en la isla de Hamilton (Australia), en la que ha descansado y se ha puesto a punto físicamente para afrontar la segunda cita del Campeonato del Mundo, el Gran Premio de Malasia, este domingo en el circuito de Sepang, una de las paradas más exigente del calendario. El español también ha tenido tiempo de reflexionar acerca de su cuarta posición en la primera prueba, hace dos semanas, en Melbourne.

Alonso tiene sensaciones encontradas. Está más o menos conforme con su actuación en el trazado australiano porque protagonizó una remontada a tener en cuenta (llegó a circular el noveno), pero no con el rendimiento de su coche, sobre todo en la sesión cronometrada del sábado, en la que solo pudo clasificarse el quinto para la parrilla de salida del día siguiente.

Alonso: "Hay que dar tiempo a las nuevas normas, pero adelantar continúa siendo difícil"

Muchos expertos, pilotos incluidos, se llenaron la boca durante la pretemporada al afirmar que, con la entrada en escena de los nuevos neumáticos Pirelli, mucho más blandos y menos predecibles que los Bridgestone, y las demás novedades del reglamento, las cronometradas iban a dejar de ser tan determinantes en el devenir de las carreras.

A la espera de que el duelo en Malasia pueda demostrar lo contrario, parece evidente que el papel de la ronda clasificatoria sigue siendo definitivo. Esta circunstancia ha pillado a trasmano a Ferrari, que se ha fijado como objetivo mejorar las prestaciones de su bólido a una sola vuelta, con las gomas blandas y casi sin gasolina. Por más rápido que se exhiba en las tandas largas de vueltas, parece imposible que pueda medirse en corto con los todopoderosos Red Bull o incluso con los McLaren si estos arrancan muy por delante.

"Hemos estado analizando en profundidad los datos recopilados en Australia y podemos concluir que nuestro ritmo de carrera fue bastante mejor que el de la cronometrada", comenta Pat Fry, jefe de ingenieros de la escudería italiana. "Creemos que el secreto radica en cómo nuestro coche trata los neumáticos y qué rendimiento pueden ofrecer estos a una sola vuelta", añade el británico. "Además, también hemos retocado algún aspecto aerodinámico para tratar de liberar el potencial real que creemos que tiene el Ferrari. Todo ello supone un programa de pruebas que pondremos en práctica durante los entrenamientos", remata.

"El sábado de Melbourne estuvimos un segundo por detrás de Red Bull y no pudimos pelear por la pole. Fue una decepción. Digamos que nuestro rendimiento estuvo por debajo de nuestras posibilidades reales", conviene Alonso. El asturiano también reconoce que los ingenieros investigaron qué pudo comprometer el rendimiento de su Ferrari ese día, pero también dice que no encontraron nada. "Al parecer, no falló nada. La fórmula 1 es un deporte imprevisible e impredecible. Es verdad que el sábado hizo bastante más frío que el domingo, pero tampoco soy demasiado amante de justificar el rendimiento de un coche en función de la temperatura", asevera el de Oviedo.

"Hay que dar tiempo a las nuevas normas, pero la crono fue fundamental en Australia. Vimos menos adelantamientos de los que cabía esperar, vimos lo difícil que sigue siendo adelantar", recuerda el bicampeón del mundo (2005 y 2006, con Renault) antes de remachar: "Si un monoplaza es rápido, tiene que serlo en condiciones de calor, pero también con un poco más de frío". En esa última frase parece que Alonso haya definido a los de Red Bull.