Fútbol, póquer, tenis y... golf
Sergio García recupera la ilusión después de limpiar la mente con otras actividades
Sergio García apenas vive en España. Así que su padre, Víctor, ha aprovechado el Masters para ir a verle. El Niño tiene casa en Miami, donde la semana pasada disfrutó en el torneo de tenis siguiendo a Rafael Nadal, y ha hecho vida con los amigos en Estados Unidos. La final contra Novak Djokovic fue la última distracción del castellonense antes de una prueba definitiva. Nombrar Augusta suele desatar en él un revoltijo de tripas y una mala cara. Hace un año se fue otra vez echando pestes y más deprimido que nunca: "He perdido la ilusión. Ya no me divierto en el campo. Así no puedo seguir, no tiene sentido". La sensación de decaimiento se agravó en el Campeonato de la PGA norteamericana, en agosto. Estaba saturado, harto psicológicamente, y debía limpiar la mente.
Para volver a jugar al golf como antes lo mejor era dejar de jugar al golf. "Dar un descanso a la cabeza", como dicen en su entorno. El calendario de actividades extragolfísticas ha incluido el debut como extremo derecho durante ocho minutos con el equipo de fútbol del Borriol, el club de Tercera que preside; la participación en un torneo profesional de póquer en Bahamas y los consejos de una sofróloga de Castellón, un tratamiento de relajación oriental. ¿Resultado? "Mentalmente, voy a salir al campo con ganas, de eso no hay duda", contó ayer García tras una vuelta de entrenamiento con Álvaro Quirós; "estoy dando buenos golpes, me estoy notando mejor. Todo mejora, también el juego corto. Luego, hará falta que salgan las cosas bien. Si no, pues la próxima semana. Ahora quiero divertirme".
Los otros tres españoles en Augusta confían en su regreso a la cima. "Es joven. A Sergio se le lleva exigiendo mucho tiempo, pero está en una edad en la que el golfista es maduro. Todavía es pronto para él", opina Miguel Ángel Jiménez. "Debe recuperar la alegría por el juego. Ha de volver a estar motivado", añade Chema Olazábal, que ha actuado de consejero. "Con concentración e ilusión, estará arriba", concluye Quirós.
Los nubarrones negros parecen haberse disipado. A finales de marzo, fue octavo en el torneo de Arnold Palmer, una buena puesta a punto. El Niño debe espabilarse. Es el 73º del mundo y si participa en el Masters es porque apura todavía los tres años en este torneo y el Open Británico que se ganó al conquistar el Players en 2008. Pero las invitaciones se le acaban. Debe demostrar en el campo que merece jugar un grande. Y que aspira a ganarlo. La edad media de un primer ganador de un major es de 33 años. Sergio es dos más joven. Pero, en un circuito cada vez más juvenil, El Niño ya parece un veterano.
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