Arte étnico para Barcelona
El Ayuntamiento consigue la cesión de la colección Folch
Por fin. Después de años de incertidumbre, el destino de la rica colección privada Folch de arte étnico va a ser que pueda disfrutar de ella todo el mundo en un museo público. El Ayuntamiento de Barcelona y Stella Folch, hija del creador de la colección, el mecenas Albert Folch Rusiñol, han firmado un convenio de colaboración por el cual la segunda cede gratuitamente durante 20 años las más de 2.000 piezas de la colección a fin de que sean expuestas en el Museo Etnológico de la ciudad. La cesión podrá ser prorrogada por acuerdo de las partes una vez transcurrido ese tiempo. A cambio, el Ayuntamiento adecuará el museo para que la colección pueda exhibirse en las mejores condiciones.
Las obras de ampliación y reforma del centro para recibir la colección Folch tienen un presupuesto de dos millones de euros y un plazo de ejecución de un año y medio, así que se prevé que se pueda visitar y admirar el notable y pintoresco conjunto -que incluye objetos exóticos como fetiches, postes ceremoniales, armas y hasta canoas- a partir del otoño de 2012. La apertura al público de la colección Folch, que durante años ha permanecido en un edificio en Pedralbes inaccesible a las visitas generales, es un sueño largamente acariciado por Barcelona que no posee un patrimonio semejante al que reunieron en sus aventureras expediciones Albert Folch y el escultor Eudald Serra.
Los técnicos del Museo Etnológico, junto con Stella Folch, han iniciado una primera tarea de selección de las principales piezas que acabará de concretarse en los próximos meses, según el Ayuntamiento. También se están llevando a término trabajos de catalogación y estudio para determinar qué piezas se exhibirán en el museo y cuáles pasarán a los fondos de reservas del mismo.
El delegado de Cultura de Barcelona, Jordi Martí, recalcó la importancia que tiene para el Etnológico recibir la "inyección" de la colección Folch. "Significa un gran revulsivo que lo pondrá en la primera línea de los museos de su clase europeos". Martí señaló a este diario que a su parecer la colección Folch nunca ha estado en trance de perderse para la ciudad, "pero había que llegar a una solución de este tipo, y ha costado tiempo". El delegado de Cultura aseguró que no hay ningún aspecto oscuro en la operación. La colección Folch se ha visto sacudida por noticias como la del robo en 2005, aún sin esclarecer, de varias de sus valiosísimas esculturas fang (uno de sus grandes activos) y la de la venta de objetos del conjunto al empresario hotelero y coleccionista Jordi Clos en 2009.
A la pregunta de si la cesión afecta a toda la colección Folch, Martí respondió: "En buena medida, sí. Prácticamente toda. Es la colección entera de Stella Folch la que se cede, que es lo que conocemos como colección Folch. Algo habrá, archivos, fotografías, notas, que no estará incluido, pero la voluntad es que todo sea consultable y pueda estar disponible".
Martí no solo negó que haya letra pequeña en la cesión, sino que quiso alabar la decisión de Stella Folch y destacar lo poco habitual de que un coleccionista esté dispuesto a hacer lo que ha hecho ella. Subrayó el hecho de que una gran colección pasa a ser del dominio público sin que a la Administración le cueste un gran dispendio. "Gana todo el mundo", resumió. ¿Y Stella Folch? "Que la colección se mantenga unida, que la pueda admirar la gente; desde el punto de vista sentimental, que se junte con la del Etnológico, de la que es prima hermana por la relación de ambas con Eudald Serra". Martí consideró que el Etnológico es el lugar natural para la colección Folch. El proyecto de rehabilitación, de Toni Gironès, prevé devolver al edificio su aspecto original, quitando añadidos y dejando unas plantas diáfanas. Se aprovechará para reorganizar el museo, con la consideración de que lo requiere su "salto de escala".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.