El presidente se alejó del voto

José Luis Rodríguez Zapatero renuncia a optar a un nuevo mandato, alejado de los ciudadanos y de sus propios votantes. En este momento es el presidente del Gobierno con peor valoración ciudadana, según las encuestas del CIS, y despierta desconfianza entre sus propios votantes del PSOE, según el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS.

En siete años de Gobierno, Zapatero ha sufrido el desgaste más rápido e intenso que se recuerda de un líder político. Ha tenido que afrontar la crisis económica, cambiar su proyecto y adaptar su discurso; el resultado ha sido una erosión personal sin precedentes. Según esta encuesta, realizada el mes de marzo, el 65% de los votantes del PSOE asegura que tiene poca o ninguna confianza en Zapatero. Y eso que ha sido el líder socialista con mayor poder interno en su partido, sin contestación alguna, con capacidad para decidir los tiempos y manos libres para adaptar el programa del PSOE a los acontecimientos y a las exigencia de la UE y los mercados. El último sondeo del CIS le daba nota de 3,3, por debajo, incluso, de la que tenía Felipe González en plena explosión del caso GAL, y de la de José María Aznar en plena Guerra de Irak.

Rajoy, peor valorado por los ciudadanos, tiene en cambio más apoyo de los suyos

A Zapatero le ha explotado en las manos la crisis económica, como al resto de líderes mundiales, pero agravado el caso por su resistencia inicial a admitirla y la obligación posterior a rectificar parte de su proyecto y a enterrar algunas de sus promesas pronunciadas solemnemente. También ha terminado por volvérsele en contra su estrategia de personalizar la actividad del Gobierno y del partido.

En sus primeros años de mandato en el Gobierno y en el partido, él se encargó de protagonizar cada decisión y asunto. Incluso, puso su nombre (ZP y Z) por delante de las siglas del partido en las dos elecciones generales. Ahora, cuando se ha deteriorado su imagen, esa estrategia política y de campaña se ha vuelto contra el PSOE y ha terminado por agrietar la imagen del partido globalmente.

Por eso, aunque su oponente, Mariano Rajoy, tiene aún peor valoración que Zapatero, el presidente del PP está en condiciones de ganar las próximas elecciones generales y con holgura. Sobre todo porque el líder de la oposición no es tan rechazado entre los suyos como Zapatero entre los votantes del PSOE. También porque el malestar de estos últimos se traduce en una fidelidad de voto bajo mínimos, la mitad de la que mantiene el PP (44% frente a 82%).

Según Metroscopia, los españoles desconfían por igual de Zapatero y de Rajoy y valoran a ambos igual de mal, pero los votantes del PP mantienen un elevado nivel de movilización, como si les animara más el rechazo al oponente que el entusiasmo por su propio líder.

El 67% de los ciudadanos desaprueba la gestión del presidente del Gobierno; el 81% desconfía de él; y el 79% asegura que improvisa cuando toma decisiones. Zapatero, además, inspira confianza solo al 34% de sus votantes.

Cuando Zapatero llegó a La Moncloa, su nota según el CIS era de 5,17. Aznar, como presidente del Gobierno, bajó a 4,61 durante la guerra de Irak; y Felipe González durante el aluvión de escándalos de enero de 1995 tenía una nota de 4,41, es decir, por encima de la valoración actual de Zapatero.