Tragedias sicilianas en el Liceo

De amor, odio y celos que desembocan en un trágico final con Sicilia como marco de fondo tratan Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni, y Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo, dos de las óperas más representativas del verismo italiano que suelen presentarse siempre juntas. Hoy regresan juntas al Liceo tras 23 años de ausencia de la cartelera y lo hacen, ni más ni menos, con 15 representaciones hasta el próximo 20 de abril. Y es que el díptico verista de Mascagni / Leoncavallo sigue funcionando extraordinariamente bien 120 años después de su estreno, Cavalleria en 1890 y Pagliacci, en 1892.

El naturalismo de las historias -ficticia la de Mascagni, quien se basó en un relato corto de Giovanni Verga, e inspirada en un hecho real la de Leoncavallo, cuyo padre fue el juez del caso- tiene su fiel traslación en la producción de aires cinematográficos que presenta el Liceo, procedente del Teatro Comunale de Bolonia y el Vincenzo Bellini de Catania, con dirección de escena de la cineasta italiana Liliana Cavani (Carpi, Módena, 1933) y escenografía de Dante Ferreti, un habitual de Pier Paolo Pasolini, Ettore Scola, Franco Zeffirelli, Federico Fellini y Martin Scorsese, con dos oscars en el bolsillo.

Entre los tres repartos de cantantes que se alternan en las 15 funciones destaca la presencia del tenor siciliano Marcello Giordano, quien debuta en los papeles protagonistas de las dos óperas (Turiddu y Canio), y el argentino José Cura, un especialista de ambos personajes. En las mujeres hay que señalar la presencia de las mezzosopranos Ildiko Komlosi y Luciana d'Intino alternándose en el papel de Santuzza y la española Ángeles Blancas y la albanesa Inva Mula en el de Nedda.

El regreso de Cavalleria y Pagliacci servirá al Liceo para rendir homenaje al tenor catalán Jaume Aragall, quien debutó en el teatro hace 50 años interpretando el personaje de Beppe en Pagliacci. El coliseo de La Rambla inaugura hoy en su foyer una exposición fotográfica que recorre la trayectoria artística del tenor.